El entrenador del Mallorca, el mexicano Javier Aguirre, da instrucciones a sus jugadores durante un partido. | Alejandro Garcia

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El Real Mallorca ha encauzado bien la lucha por la permanencia, pero para dar un paso más y fortalecer el sueño de objetivos más elevados se necesita también mejorar los registros lejos de Palma. Este sábado se enfrenta al Espanyol, un equipo muy irregular en su estadio donde solo ha conseguido dos triunfos y es el segundo peor local por encima del Elche.

Pero el equipo balear no tiene tampoco mucho de qué presumir cuando cruza el charco. Sin ir más lejos estos últimos cuatro partidos no ha puntuado y además no ha marcado. Además, en según qué encuentros le ha costado una enormidad competir a la misma par que el rival y todo en conjunto hace que el choque de este sábado confronte dinámicas no excesivamente positivas.

Toda la fortaleza del equipo de Aguirre se pierde cuando actúa como visitante. Bien por errores propios o por decisiones arbitrales que han jugado en contra, el once bermellón pierde poder a domicilio. En Sevilla cayó por dos goles a cero en un partido que compitió principalmente en el segundo tiempo. Frente al Cádiz no existió durante muchos minutos y acabó también perdiendo por dos goles a cero mientras que ante Osasuna tuvo algo más de intención, pero desacierto en el área. El primero de los encuentros tras el parón mundial ante el Getafe fue para olvidar. Por un motivo o por otro en estos partidos el equipo no ha dado la talla fuera, pero no siempre ha sido así durante este curso. Más que nunca hay un antes y un después del Mundial.

Antes de que el torneo doméstico se interrumpiera para la fase final del campeonato del mundo el Mallorca había conseguido un triunfo de nivel frente al Villarreal en el estadio de La Cerámica por cero goles a dos y también consiguió los tres puntos ante el Valencia en Mestalla por un tanto a dos. El equipo rojillo durante ese primer tercio de la competición consiguió poco a poco acumular una cantidad de puntos que le fueron permitiendo sacar adelante la cabeza y empezar a distanciarse del vagón de cola. Pero ahora, con el buen registro en casa, se hace necesario mejorar las prestaciones fuera para soñar con metas superiores a la permanencia.

Existes varios motivos para ser optimistas. De entrada el equipo ha mejorado tras el mercado de invierno con la llegada de futbolistas como Ludwig Augustinsson, Dennis Hadžikadunić y Manu Morlanes, pero especialmente ha dado un paso adelante con el rendimiento de futbolistas que ya se encontraban en el primer equipo. Ahora toca morder fuera del estadio de Son Moix.