Dani celebra el gol anotado ante el Celta de Vigo.

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Durante una temporada hay partidos importantes, encuentros trascendentales, choques a vida o muerte y citas de enorme trascendencia. El de este domingo mediodía en Son Moix entre Mallorca y Madrid (14:00 horas, Movistar TV) se puede clasificar de muchas maneras porque se trata de uno de esos enfrentamientos que siempre levantan una especial atención entre la afición. Entre la mallorquinista y la madridista. Porque en la Isla hay muchos seguidores del equipo rojillo, pero también blancos, que pese a los precios van a estar también en la grada animando a los hombres de Ancelotti.

Siempre es un choque desigual en cuanto a presupuestos, potencial de la plantilla, objetivos y retos durante el curso. Sin embargo, en muchas ocasiones es un partido difícil para los madridistas. No encuentran aquí la Isla de la calma y este Mallorca de Javier Aguirre si algo tiene es garra, capacidad de supervivencia y fe en su capacidad.

Tiene carencias, es cierto, pero también virtudes. Entre ellas la insistencia en un plan. Saldrá bien o mal, pero persiste y de tanto persistir logra victorias in extremis como la que logró frente al Valladolid o otra también por un margen estrecho ante el Celta de Vigo. El Madrid no es ni el equipo pucelano ni el celeste y la cosa será más complicada porque también el once blanco es insistente en su idea de sumar los tres puntos. Además, este Madrid tiene estrella, les salen las cosas incluso cuando todo indica que no le van a salir y esto le confiere un peligro todavía mayor.

La semana ha venido marcada por el ‘caso Vinicius’. El jugador del Madrid levanta pasiones entre los suyos, pero odios en las aficiones rivales y también entre los equipos a los que se enfrenta. Sus celebraciones no caen bien y en el fútbol ya se sabe que una cosa lleva a la otra. Los futbolistas por lo general suelen tener la mecha corta y las situaciones controvertidas se van sucediendo en cada campo y en cada partido. Esta semana Raíllo ha sido el foco de atención. Aseguró el central que en caso de poner un futbolista de ejemplo a sus hijos este no sería Vinicius. Tiraría más por Modric o Kroos. Javier Aguirre trató de poner agua al fuego esta semana indicando que es un asunto que más allá del interés periodístico no aporta nada y que mejor olvidarlo. Porque con jugadores con Vinicius en el campo uno no sabe si es mejor tenerlos cabreados o mansos. En cualquier caso será hoy motivo de seguimiento ese instante de acercamiento entre el cordobés y el brasileño.

El Mallorca afronta el partido con todo menos con el defensa Copete, que se pierde el choque al estar amonestado. Sin embargo, tres de los cuatro refuerzos de invierno podrán estar al menos en la convocatoria si Aguirre lo estima oportuno. Los defensas suecos Dennis Hadzikadunic (con pasaporte bosnio), Ludwig Augustinsson, y el mediocampista español Manu Morlanes, cedidos por el FK Rostov, Sevilla y Villarreal, respectivamente, podrían debutar en un partido de la máxima exigencia para los mallorquinistas. Inicialmente el equipo, sin embargo, contará con los rostros más conocidos por los seguidores al menos de arranque. Rajkovic en portería con una línea de tres centrales con Raíllo, Valjent y Nastasic y Maffeo y Costa en los laterales. Galarreta y Grenier o Baba en la zona ancha para conectar con Dani, Kang In Lee y Muriqi.

A partir de ahí resta por conocer por dónde va a transcurrir el encuentro. Si el Madrid marca, problemas, si el Mallorca se avanza, cerrojo y a esperar los errores del rival. Está claro que el conjunto blanco querrá tomar el balón de inicio e intentar meter al Mallorca en su campo. No es precisamente el equipo balear un conjunto que destaque por su capacidad para tomar la iniciativa en las primeras partes. Le cuesta con cualquier equipo y seguramente también contra el Madrid no va a ser fácil variar esa hoja de ruta. Pero no puede dejar el partido en manos del equipo blanco. Debe ser prudente, pero a la vez algo atrevido. Es manta que tiene el fútbol que nunca te tapa al mismo tiempo la cabeza y los pies.

En este tipo de partido todo es más complicado mantener resguardado a Rajkovic y nutrir de balones a Muriqi va a ser un equilibro complicado. Pero es necesario hacerlo porque de lo contrario puede convertirse el partido en un monólogo. El Madrid viene sin hombres como Benzema, Militao, Lucas Vázquez, Hazard y Mendi. Recupera, eso sí, a Alaba. Un alivio. El Madrid viene además de jugar el jueves ante el Valencia y con menos tiempo para recuperar que el Mallorca.

Sin embargo, esto no le resta un ápice de dificultad al encuentro de este mediodía porque si algo tiene el once de Ancelotti es capacidad de dar la sorpresa en cualquier momento. La afición está expectante ante lo que pueda ocurrir porque sabe que su equipo dará la cara. Además, Aguirre dispone de una plantilla amplia y con opciones de ir rectificando sobre la marcha si es necesario.

A nadie se le escapa que puede ser un partido también muy importante para un futbolista como Abdón, que inicialmente estará en el banco, pero que ya ha dado muestras más que sobradas de su capacidad de resolver partidos que se atascan. El Mallorca quiere aumentar el botín de puntos, por ahora cuenta con 25 y el rival tratará de que el Barcelona no le tome más ventaja. Puestos a equilibrar la presión, tiene más el Madrid, pero también es cierto que está acostumbrado a lidiar con ello. Pitará Alejandro Hernández y De Burgos Bengoetchea estará en el VAR. No es un buen rival para mejorar la relación con el videoarbitraje.