Imagen de Abdón Prats en el estadio de Son Moix. | Pere Bota

TW
1

Abdón Prats Bastidas, (Artà, 1992) posa para las fotografias en el área de Son Moix, donde es un futbolista letal. Imaginarse defendiendo al atacante llega a generar ansiedad porque nunca sabes por dónde puede salir. Sin embargo, el futbolista ha dado un paso adelante en su fútbol. Es más completo, más maduro, más pausado. En esta conversación con Ultima Hora habla del partido contra el Madrid, pero también de su crecimiento.

—¿Cómo está viviendo esta semana previa a la disputa del partido ante el Real Madrid?
—Está claro que viene uno de los rivales más importantes que puedes tener en un campo de fútbol y será complicado. La afición está ilusionada porque sabe que podemos hacer un buen papel. El equipo da el nivel que requiere la Primera División y no damos nada por perdido ni mucho menos. Si estamos concentrados al cien por cien podemos sacar algo positivo. Estamos seguros.

—¿Qué partido visualiza?
—Difícil. Intentarán encerrarnos atrás y hay que estar concentrados y evitar errores porque eso nos va a penalizar mucho. No hay que regalar ninguna oportunidad al Madrid.

—¿Preocupa esta situación creada con el VAR y con las acciones favorables al Mallorca que no se analizan?
—Este tema son situaciones que se dan en algunos partidos, no hay dos encuentros iguales. Es además un tema que no podemos controlar y debemos enfocar toda nuestra energía en el partido y olvidarnos del VAR porque nos puede crear una sensación de frustración y desesperación y eso al final afectarnos en el campo. Hay que pensar solo en nuestro trabajo y que nuestra gente nos apoye como siempre.

—Viene este domingo Vinicius con los precedentes que ello supone. ¿Qué opinión le merece?
—Es un tipo de persona que tiene ese carácter y se generan situaciones complicadas con los defensas, pero lo que tengo entendido y escucho en el vestuario es que en ocasiones ha faltado al respeto al Mallorca, porque los defensas que han jugado contra él han escuchado cosas desagradables que no es acorde con un jugador profesional y que viste la camiseta del Madrid. Todos somos compañeros de profesión y nos debemos un respeto. Pero es cierto que nos ha desmerecido y nos tiene que tener respeto como nosotros a él.

—Déjeme que haga algo de ciencia ficción. Minuto 80, Aguirre le saca sobre ese minuto y en el noventa caza una y es el gol de la victoria.
—Cualquier jugador quiere participar y sentirse importante. Yo me siento importante en el vestuario, en el club, de cara a nuestra afición. Me gustaría jugar más, está claro, y estoy bien físicamente y mentalmente. También estoy muy concentrado en dar sentido al fútbol y continuidad al juego. No se da la situación ahora de ser titular, pero debo seguir trabajando. Siempre he tenido facilidad de cara al gol y el tiempo que me dé el entrenador lo aprovecharé para seguir ayudando al Mallorca.

—Este mensaje de futbolista maduro tal vez años atrás hubiera sido otro. ¿Con los años se valoran las cosas con más serenidad?
—Años atrás me tocó salir, era más joven, tenía que salir y ahora la experiencia de estos últimos diez años es un grado muy alto y tengo lo pies en el suelo. Cuando salgo y no me salen las cosas soy autocrítico y trabajo para mejorar. Ahora tengo una madurez que antes no tenía y en este sentido ahora también trato de ayudar a los más jóvenes y que no cometan los errores que yo pude cometer cuando era como ellos.

—Usted es un jugador muy importante, un valor para el Mallorca y un ídolo para la afición, pero le cuesta al entrenador situarlo en el once. ¿Ha valorado estas últimas semanas la posibilidad de salir en el mercado de invierno?
—Ha habido propuestas e interés de equipos, pero por mi voluntad o porque no veía el momento de salir se han descartado. Siempre he dicho que el Mallorca es mi casa, lo que he vivido estos años aquí con mi gente es mágico y veo las obras del campo y cómo queda el estadio y tengo ilusión por hacer al Mallorca más grande de lo que ya es. El mister sabe que si tengo que jugar 95 minutos saldré y lo daré todo y aportaré al equipo.

—¿Es ahora un jugador más completo?
—He pasado por esas fases de ser un futbolista de jugar con el corazón y con todo el sentimiento, sigo siéndolo, pero analizando bien mis años también sé jugar la pelota, le doy continuidad, intento crear ventaja al compañero, le asisto y en este sentido siento que con los años he mejorado en dar pausa, estar más calmado y estoy disfrutando. También en los entrenamientos estoy siempre al máximo. Tengo días de estar más acertado que otros, pero disfruto del fútbol como nunca había hecho. Como he dicho siempre, no estoy contento por no tener más minutos porque entonces sería un mal profesional. Un futbolista siempre tiene que querer jugar y yo siempre daré el cien por cien por el escudo, por mi gente y por mis compañeros. Lo daré sea el tiempo que sea que esté en el campo.

—Usted empezó siendo un niño jugando con Sergi Darder, ahora en el Espanyol. ¿Qué recuerda de esos años en ‘ses Pesqueres’?
—Tengo muchos recuerdos. Era feliz, disfrutaba de jugar, de que llegara el fin de semana e ir a los campos de Mallorca a jugar los partidos. Ganábamos muchos partidos y perdíamos pocos. Sergi era más delantero que pivote y los dos nos los pasábamos en grande. Su padre, Quique Darder, era el entrenador y seguimos hablando y tenemos una gran sintonía entre ambos. A Sergi no se le ha olvidado definir cuando llega como hacía cuando éramos pequeños.

—Se dice que tanto usted como Sergi siempre estaban junto a un balón.
—Es así. Recuerdo que en esa edad, cuando éramos muy pequeños, íbamos al patio de los padres de Sergi a jugar después del colegio hasta que nos echaban porque ya era muy tarde y habia que ducharse y prepararse mañana para volve al colegio. Fueron momentos mágicos que siempre recordaré. Esos tiempos son sin duda inolvidables.

—¿Pensaba usted en ese patio de la casa de Sergi o en ‘ses Pesqueres’ sobre el barro que llegaría todo lo que llegó en su madurez?
—Qué va. Era todo inocencia en ese momento. No pensaba en eso. Pensabas que eso era un sueño y veía a mi tío Toni cómo disfrutaba y sufría. Mi tío ha sido un ejemplo para mí y una persona muy importante en mi vida.

—Habla usted de Toni, le pregunto también ahora por el padre de su pareja, Héctor Cúper.
—La vida por circunstancias me ha dado la posibilidad de compartir momentos con grandes personas del fútbol. Primero mi tío Toni y ahora Héctor Cúper, el padre de mi pareja. Ha sido un técnico leyenda para el Mallorca y sentarse a una misma mesa con él es una clase continua de aprendizaje. En ocasiones abro bien los ojos, le miro y observo que le tengo al lado y es una situación muy especial.