Resumen del partido que ha enfrentado al Real Mallorca y al Celta de Vigo este viernes en el estadio de Son Moix, en Palma, en la penúltima jornada de la primera vuelta de LaLiga en Primera División y que ha decidido un tanto de Dani Rodríguez. | LPF

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Pasito a pasito, el Mallorca ya tiene más cerca las puertas del cielo que las del infierno. El equipo de Javier Aguirre, que ha ido elevando el muro que rodea a Son Moix para hacer de su estadio un refugio inaccesible, derrotaba este viernes al Celta con un gol de Dani Rodríguez y daba otra zancada hacia la permanencia en Primera División. La escuadra balear, que ha hecho del 1-0 en casa su particular plataforma de lanzamiento, ha alquilado una habitación con vistas en la primera mitad de la clasificación. A falta de una jornada para que el calendario doble la esquina y se adentre en la segunda vuelta, los bermellones ya guardan 25 puntos en la hucha. Solo tres menos de los que tiene, por ejemplo, el Atlético de Madrid, inquilino de la última plaza de Liga de Campeones.

Al partido, como a otros muchos, le sobraba la primera mitad. Prácticamente entera. Aguirre, que en la previa ya había descubierto la carta de Amath como recambio del sancionado Kang In Lee, sorprendía ajustando las tuercas de la defensa introduciendo a Nastasic en el puesto de Copete, mientras que en el banquillo contrario Carvahal apostaba más o menos por lo que se preveía, con Cervi ocupando el carril izquierdo de la defensa y Larsen acompañando a Iago Aspas en el frente de ataque. A los dos les costaba ponerse en marcha y coser algo de fútbol con soltura y sentido. Aunque si había uno que evolucionaba más que otro era el Celta. En el Mallorca, ni la vuelta de Galarreta ayudaba a desarrollar un plan de juego que se encasquillaba siempre a la misma altura.

El primer cuarto hora parecía un combate entre boxeadores con las manos atadas. Un quiero y no puedo que solo se alejaba de la monotonía con un cabezazo blando de Dani Rodríguez a centro de Jaume Costa al que los gallegos responderían, diez minutos después, con algo más de veneno y un disparo con rosca de Gabri Veiga desde la frontal que contribuía a que Rajkovic se calentara. No volvería a acercarse el Mallorca a Marchesín porque era el Celta el que se quedaba con la pelota y el que avanzaba en la triangulación al ritmo de Fran Beltrán. Tampoco andaba sobrado de profundidad, pero sus pisadas en campo contrario intimidaban cada vez más. La señala de peligro la iba a activar Iago Aspas a la contra después de una pérdida de Nastasic. El de Moaña no hallaba la diana y mandaba el balón a la derecha del portero.

En el descanso, con el espacio para maniobrar agotado, Aguirre se ponía frente al tablero y le daba una vuelta a su boceto inicial. Quitaba a Baba y a Amath para probar con Grenier y Kadewere. Empezaba un intercambio de golpes en el que el primer puño al aire lo tiraba el Celta con un contragolpe abrochado por Larsen y respondido por Muriqi, aún distanciado de aquella seductora versión premundialista. Pese a la falta de tino, Mallorca y Celta aparcaban su timidez. El encuentro entraba en una nueva fase. Con sus errores y limitaciones, los dos equipos eran mucho más verticales. Más decididos. Más malintencionados.

Como suele pasar últimamente en Son Moix, el primer bofetón de verdad lo arreaba el Mallorca. Un pase atrás de Maffeo se paseaba por el área con la bendición de los centrales celestes y llegaba a las botas de Dani Rodríguez, que acomodaba el cuerpo para batir a Marchesín con uno de los remates de su catálogo. El gallego, que no marcaba desde la temporada pasada, ponía el partido boca abajo a falta de media hora para que se apagaran los focos.

Contra las cuerdas y con la tripa vacía, el Celta levantaba la barbilla pero lo hacía con la vista nublada. Carvalhal cambiaba a tres de sus peones de golpe y, más allá de un misil descontrolado de Óscar Rodríguez, seguía sin encontrar el camino correcto. Se empeñaba el conjunto gallego en buscar el empate por alto y se estrellaba una y otra vez con las torres bermellonas. Su desesperación le llevaba, además, a meterse en todos los charcos y a quedarse enganchado en todas las trampas que le iba dejando un Mallorca que ya no soltaría la victoria y que tiene media permanencia en el cajón.

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Ficha técnica:

1 - Real Mallorca: Rajkovic; Maffeo, Valjent, Raíllo, Nastasic (Copete, m.77), Jaume Costa; Baba (Grenier, m.46), Galarreta, Dani Rodríguez, Amath (Kadewere, m.46) y Muriqi (Abdón, 84).

0 - Celta de Vigo: Marchesín; Hugo Mallo (Carles Pérez, m.67), Mingueza (Tapia, m.86), Aidoo, Unai Núñez, Cervi (Javi Galán, m.76); Gabri Veiga, Fran Beltrán, Luca (Óscar Rodríguez, m.67), Larsen (Paciencia, m.67) y Iago Aspas.

Gol: 1-0, Dani Rodríguez, min.59

Árbitro: Juan Luis Pulido Santana (Comité canario). Juan Luis Pulido Santana (Comité canario). Amonestó a Baba, Rajkovic y Grenier por parte del Mallorca y a Aidoo y Óscar Rodríguez por parte del Celta.

VAR: Soto Grado (Comité riojano).

Incidencias: 12.253 espectadores en Son Moix