Panorámica del estadio de Son Moix tras la reforma de la Tribuna Este del estadio. El recinto bermellón podría llenarse este sábado para el partido de Liga contra el Barcelona. | Carlos Román | PALMA

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A falta de un partido para darle la vuelta al calendario, Son Moix ya le ha puesto el candado a un año mágico. El campo del Mallorca, que desde hace un mes y medio no acoge ningún partido en sus entrañas, abrocha un 2022 entre sonidos de maquinaria pesada y buenos recuerdos. Doce meses marcados por su transformación (ha cambiado incluso de nombre), por la permanencia en Primera que cimentó entre sus muros el equipo de Javier Aguirre o, simplemente, porque su población habitual conoció a un gigante kosovar llamado Vedat Muriqi que llegaría para cambiarlo todo.

El estadio del Camí del Reis concentraba toda la atención del mallorquinismo cuando el 2022 empezaba a latir. En plena Nochevieja y mientras sus abonados aún peleaban por tragarse las uvas, el club lanzaba un anuncio para la historia: Son Moix iba a ser remodelado a través de un proyecto que culminaría en 2024.

A nivel puramente deportivo, el año se descorchaba a lo grande. Con una pequeña limitación de aforo pero con la visita del Barça de Xavi Hernández, que pese a las bajas clavaba su bandera en Palma con un tanto del neerlandés Luuk de Jong. Era el primer partido de los 18 que iban a encadenarse durante los meses posteriores. Todos de Liga salvo uno, el de octavos de final de la anterior Copa del Rey contra el Espanyol de Vicente Moreno. A principios de abril Son Moix asistía al estreno oficial de Javier Aguirre en el banquillo local del estadio, que se escenificaba ante el Atlético de Madrid y se coloreaba con un tanto de Muriqi. Curiosamente, un guion calcado al del encuentro que zanjaba el año en casa el pasado 9 de noviembre.

Emociones

Si hay otras das citas inolvidables para el mallorquinismo son las que se vivieron en mayo, durante una agónica pelea por mantenerse. La primera, contra el Granada, casi acaba en una tragedia deportiva. Los andaluces, rivales directos en la carrera, arrasaban Son Moix y forzaban una goleada que quedará grabada como una de las más lamentables que ha sufrido jamás el Mallorca como anfitrión (2-6). En cualquier caso, el equipo conservó un poco de aliento y llegó con opciones al último partido de la campaña en casa contra el Rayo Vallecano. Ahí reapareció la mágica figura de Abdón Prats para firmar en los segundos finales una victoria milagrosa que acabó salvando al Mallorca de un descenso que solo unas semanas atrás parecía ya definitivo.

Tranquilidad

El año 2022 se va del estadio de Son Moix con el Real Mallorca cómodamente situado en una zona cálida de la clasificación de la Primera División y dejando estampas espectaculares. Como la de la nueva Tribuna Este y su espectacular cubierta, que han rejuvenecido la imagen de un recinto que a lo largo del verano que viene cumplirá 24 años. Un año mágico para un escenario especial en el que la propiedad ha logrado saldar una de las reivindicaciones históricas del mallorquinismo como es la eliminación de las pistas de atletismo, que ya son historia en el remozado Son Moix. Un paso que ha permitido acercar al aficionado al terreno de juego y permitir que la conexión entre seguidores y jugadores sea mayor en una instalación que ha dado un paso al frente para situarse a medida que avancen los planes de la propiedad entre las mejores de la máxima categoría.