Resumen del partido que ha enfrentado al Real Mallorca y al Atlético de Madrid este miércoles en el estadio de Son Moix en Palma en el duelo correspondiente a la decimocuarta jornada de liga en Primera División. | LPF

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El Mallorca se va de vacaciones con los bolsillos llenos y lamentando ese cortafuegos del calendario en el que se ha convertido el Mundial de Catar. El equipo de Javier Aguirre estiraba este miércoles esa luna de miel en la que vive y enganchaba su segunda victoria consecutiva (la tercera en los últimos cuatro partidos) a costa del Atlético de Madrid gracias a otro gol, el octavo en lo que llevamos de Liga, del Pirata Vedat Muriqi. El kosovar fundía al conjunto colchonero, al que los baleares ya le han tomado la matrícula, y abrochaba el año en Son Moix bajo serpentinas y fuegos artificiales (1-0).

Vestido con el traje de gala que tan bien le ha sentado en las últimas jornadas (Antonio Sánchez sustituía al sancionado Dani Rodríguez), el Mallorca quería mantener también su discurso para prolongar la estela triunfal frente a un Atlético con la depresión enroscada en el cuerpo. Un choque de corrientes más que de estilos, ya que los dos equipos se sienten particularmente cómodos jugando de un modo parecido. Los baleares, acostumbrados a invertir los primeros actos tomando medidas, terminaban entregándole el balón a los madrileños, que centraban su propuesta en buscar algún hueco a la espalda de los centrales.

Mientras el Atlético picaba piedra, el Mallorca se le lanzaba a la yugular. Una confusión entre tres futbolistas atléticos, que saltaban a la vez en busca del mismo balón, desembocaría segundos después en la acción del encuentro. Antonio Sánchez probaba a Oblak con un lanzamiento lejano y el rechace lo recogía Raíllo, incorporado provisionalmente al ataque. El cordobés encontraba a otro defensa, Jaume Costa, que al quedarse sin espacio para el remate le cedía la bola a Muriqi para que sacara otra vez a pasear el garfio. La ley del Pirata volvía a imponerse en Son Moix.

El Atlético reaccionó sin cambiar de acera antes de que la anestesia del gol le hiciera efecto. Con otro balón a la espalda y un golpeo casi quirúrgico de Morata que acababa en gol ante la estirada de Rajkovic. Le iba a durar poco el alivio al conjunto colchonero. Lo que tardaba el VAR en demostrar que el madrileño estaba unos centímetros avanzado en la fotografía de la jugada.

De ahí hasta el descanso la peor noticia se redactaba a las puertas de la enfermería. Baba, uno de los pocos futbolistas del Mallorca que parece tener el pasaporte en regla para el Mundial, se derrumbaba sobre la hierba, aparentemente lesionado. A medio partido para que se abriera el paréntesis catarí, al internacional ghanés se le transformaba el rostro y se refugiaba rápidamente en el banquillo, sin esperar siquiera a que se atara las botas su sustituto. La gran cita de su vida quedaba colgando de un hilo.

Desde su palco en lo alto del estadio, Aguirre corregía la atropellada salida de Baba taponando con Battaglia el embudo del centro del campo. También modificaba los reglajes de su equipo el Cholo, que a la media hora ya había sacado del campo a Molina para meter a Correa y retrasar al lateral a Llorente. La inercia del propio partido iba empujando al Mallorca hacia el área de Rajkovic, aunque el Atlético, que vive metido en una ratonera y que ya se ha largado de Europa por su falta de fluidez ofensiva, sufría muchísimo para fabricar acciones de peligro en la parcela del serbio por mucho que lo intentaba. El orden prevalecía tras la muralla de Valjent, Rajkovic y Copete.

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El Atlético iba a conseguir acercarse hacia el final, cuando el combustible escaseaba y se empezaban a dibujar las primeras grietas en la pared mallorquinista. Álvaro Morata desperdiciaba las dos ocasiones más claras y evidentes. La primera, con un cabezazo poco natural y mal ejecutado que moría en los guantes del guardameta (minuto 81). Y la segunda, con un remate a quemarropa que Rajkovic desviaba con el hombro y el alma para dibujar la gran intervención de la jornada (minuto 86). Entre una jugada y otra, era Jan Oblak el que se vestía de héroe y desbarataba un mano a mano con Amath Ndiaye (minuto 82) y un centro-chut de Correa circulaba en paralelo a la línea de cal sin que nadie de su equipo lo tocara (minuto 84). La última bala estaba en las botas de Witsel, que buscaba un imposible mediante un remate de chilena que atajaba la cabeza de Battaglia (minuto 91). Pero el Mallorca resistía. El Mallorca seguía volando.

Ficha técnica:

1 - Real Mallorca: Rajkovic; Gío González (Russo, m.91), Valjent, Raillo, Copete, Jaume Costa; Baba (Battaglia, m.46), Galarreta, Antonio Sánchez (Grenier, m.71); Kang In Lee (Amath, m.71); Muriqi (Abdón, m.87).

0 - Atlético de Madrid: Oblak; Molina (Correa, m.30), Savic, Felipe, Reinildo (Reguilón, m.69); Llorente, De Paul (Koke, m.69), Witsel, Carrasco (Lemar, m.59); Morata y Griezmann.

Árbitro: Melero López (Comité Andaluz). Amonestó a Molina, De Paul, Correa por parte del Atlético y Baba, Kang In Lee, Galarreta, Grenier y Valjent por parte del Mallorca.

Gol: 1-0, Muriqi, min.16.

VAR: González González (Comité castellano-leonés).

Incidencias: 14.875 espectadores en Son Moix. Antes del partido, realizaba el saque de honor el campeón del mundo de Moto3, Izan Guevara.