El entrenador del Mallorca Javier Aguirre, durante el partido entre el Valencia y su equipo de este sábado en Mestalla. | Kai Foersterling

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El entrenador del Mallorca, Javier Aguirre, celebraba este sábado la recuperación de su equipo con una gratificante victoria en Mestalla. El mexicano reconocía tras el encuentro que el resultado más justo habría sido un empate, pero valoraba los tres puntos recordando que en otras ocasiones la fortuna les había dado la espalda.

«Los tres puntos nos vienen de maravilla porque estábamos cada vez más cerca del descenso y no dejaba de ser una carga emocional. Y eso te puede pesar aunque te quieras aislar. El triunfo nos da un respiro, aunque será mínimo porque vienen partidos complicados», señalaba Aguirre. «El partido nos salió así después del gol, quemamos las naves y funcionó. El empate hubiera sido bastante justo porque en la primera parte ellos nos metieron en el área y obligaron a trabajar a nuestro portero. El empate hubiera sido justo, pero también pienso en otros partidos en los que merecimos más y nos quedamos sin nada», argumentaba.

Aguirre admitía que los cambios habían resultados claves en el guion del partido. «Ahí está clave. Nos hace ver que tenemos posibilidades distintas, que podemos jugar de dos o tres maneras diferentes. El estado de ánimo estaba a tope, pero habíamos perdido los últimos encuentros de manera dolorosa. Hoy el equipo no perdió el entusiasmo».

Sobre la vuelta de Muriqi, máximo goleador del Mallorca, Aguirre destacaba su aportación. «Estos partidos le habrán venido bien para moderar su carácter y aunque él entendió que fue mucho castigo, le vino bien. Ha hecho un partido muy completo», señalaba. «Lo de Dani Rodríguez y Amath son historias distintas. Dani lo estaba pasando mal y esto le viene muy bien para su autoestima. Entiende su suplencia, pero él es muy exigente siempre. Amath es otro jugador, es pícaro, desborda... La cirugía le vino de maravilla. Hoy los dos funcionaron. Y eso enriquece al equipo».

El otro gran protagonista de la jornada era Kang in Lee, autor del segundo gol del Mallorca. «Hablé con él porque aunque yo no estaba sabía que el año pasado lo expulsaron y se desquició un poco por su pasado en el club», desvelaba. «Le pedí que tuviera la cabeza fría y que no cayera en provocaciones. Entendió bien que tenía que estar frio. Nunca perdimos el equilibrio emocional y eso también fue clave, porque sobrevolaba el fantasma de lo que pasó el año pasado», relataba Aguirre.

En cuanto al penalti que suponía el tanto del empate, obra de Muriqi, el entrenador del Mallorca mantenía la línea de siempre. «Los penaltis el árbitro los ve y luego está el VAR para hacer justicia. No vi ese protocolo y no se la razón. Pensé que el árbitro iba a ir al monitor a ver la jugada, pero si no fue es porque se lo dijeron», concluía el mexicano.