Los jugadores del Mallorca se conjuran antes del encuentro del pasado sábado en Son Moix ante el Sevilla.

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El Mallorca busca la rehabilitación en uno de sus escenarios malditos. En su última victoria en San Sebastián, Luis Aragonés mandaba en el banquillo y Samuel Etoo, en el verde. Desde aquel 0-1 de hace casi dos décadas, las visitas a Donosti solo han generado pésimas noticias. Acumula nueve derrotas consecutivas y ni siquiera ha precintado su ataque desde 2007, cuando Ibagaza marcó un gol estéril. Tampoco el aspecto que ofrece la Real Sociedad invita al optimismo. La escuadra de Imanol Alguacil acumula siete victorias consecutivas entre Liga y Europa y se ha consolidado en la zona noble.

Los de Javier Aguirre, en cambio, suman ya un mes sin alzar los brazos y se presentan en el Reale Arena con la necesidad de sumar para recuperar la moral y tomar oxígeno de cara a lo que viene a la vuelta de la esquina. A pesar de las rachas contrapuestas de ambos conjuntos, el Mallorca confía en los poderes que le otorga su traje visitante –solo ha perdido en el Bernabéu– para llenarse de ánimo. (Reale Arena, Movistar, 20.00 horas). Las huestes de El Vasco se adentran en un tramo que puede impulsarle a un zona tranquila de la clasificación o empujarle de lleno a las arenas movedizas. El Mallorca arranca la jornada duodécimo, aunque el colchón sobre el descenso no llega ni a un partido.

Es cierto que la escuadra balear no ha encadenado dos derrotas seguidas y que se ha levantado cada vez que ha recibido un golpe. Las victorias en Vallecas y ante el Almería llegaron después de doblar la rodilla frente al Betis o en el Bernabéu. Y ese espíritu competitivo es el que quiere mantener en San Sebastián ante uno de los enemigos más en forma del fútbol europeo. Imanol maneja una pléyade de futbolistas con un talento descomunal. Agarrados al sombrero del mago Silva, los Brais, Zubimendi, Merino o Take Kubo –se enfrentará al Mallorca por primera vez– están deleitando a una afición que está viviendo en una nube permanente.

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Javier Aguirre podría agitar el árbol. Obligado por la baja de Iddrisu Baba, baja para esta noche pero que estaría recuperado para el duelo del sábado en Mestalla ante el Valencia, el técnico mexicano medita varias alguna pieza en todas sus líneas. Battaglia ocuparía la sala de máquinas junto a Galarreta, mientras que Nastasic entraría por Copete. El coreano Kang In Lee, que todavía arrastra algún síntoma del proceso gripal, es duda y Dani Rodríguez es otra de las alternativas. Arriba, en el segundo y último partido sin Muriqi, la duda volverá a ser entre Abdón y Ángel.

El equipo acusó la ausencia del internacional kosovar (el inquilino del vestuario que más goles ha marcado en Primera con el Mallorca a pesar de llevar menos de un año) en el duelo ante el Sevilla y el plan B apenas generó dividendos a un bloque armado atrás, pero sin dientes arriba y al que le cuesta hacer daño a su rival. Al margen de nombres y permutas, el Mallorca necesita recobrar el pulso. Las sensaciones no son malas y da la cara en cada partido, pero el botín comienza a ser escaso y convendría comenzar a llenar la despensa de cara al crudo invierno.

Las esperanzas de victoria de la Real Sociedad se centran en su excelente rendimiento ofensivo, que le han convertido junto al Real Madrid en el único equipo de la Liga que ha marcado en todos sus compromisos oficiales. Lo ha hecho además con 13 jugadores diferentes, lo que sin duda complicará el trabajo defensivo de un Mallorca que, de momento, ha obtenido mejores resultados a domicilio que en casa. Javier Aguirre incidió ayer en la importancia de ganar. La Real Sociedad y su centro de operaciones no se antoja como el escenario ideal. Pero esto es fútbol y no siempre gana el que más lo merece. Como bien sabe el propio Mallorca...