El Mallorca recibe al Almería en Son Moix. | Redacción Deportes

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Cinco jornadas más tarde, el Mallorca quiere ponerle un candado a la verja de Son Moix. Los de Javier Aguirre, que en sus dos anteriores funciones como locales solo han rascado un empate, sienten ya la necesidad de apuntalar los anclajes de la clasificación y empezar a marcar territorio. Sobre todo ahora que la Liga pisa el freno para adentrarse en un primer paréntesis en el que todo, lo bueno y lo malo, tiende a acentuarse. Por si fuera poco, el conjunto balear recibe en su cuartel general a un Almería que sobre el papel tiene más o menos su peso y estatura, en una hora pintada de negro y durante los postres de una semana en la que apenas se ha hablado de fútbol (Visit Mallorca Estadi, Movistar LaLiga, 14.00 horas).

Aunque Aguirre pone caras raras cuando se le pregunta si ha llegado el momento de que el Mallorca se ponga serio en casa, el calendario le irá forzando a hacerlo si no quiere meterse demasiado pronto en los charcos de la parte trasera de la clasificación. Con el de hoy, habrán pasado por la caja del Camí dels Reis un equipo de rango europeo y dos recién ascendidos. O lo que es lo mismo: si no se suma la victoria contra el Almería el balance resultaría escaso pese a los cuatro puntos sumados a domicilio y todas las etapas que restan por quemar todavía en el calendario.

Aguirre, que había moldeado un bloque compacto en las primeras jornadas ha ido introduciendo pequeños cambios con el paso de las jornadas y hoy tendrá que volver a meter el bisturí por necesidad para taponar el agujero que dejará Battaglia en el centro del campo. Titular en los cinco encuentros anteriores, el argentino es uno de los hombres de confianza del técnico y su baja en las funciones de contención, en principio, debería ser cubierta con la entrada de Baba, que no juega un partido de inicio desde la temporada anterior. Los otros interrogantes a despejar afloran en esa misma franja del centro del campo, la más variable hasta el momento. El técnico dispone ahí de las opciones de Galarreta, Dani Rodríguez, Antonio Sánchez y Grenier. Mucho donde elegir para las dos posiciones desde las que debe edificarse la propuesta balear. El resto del once apenas debería sufrir modificaciones. Delante tendrá continuidad la sociedad más productiva del vestuario (Muriqi y Kang In Lee) y atrás Nastasic y Copete se jugarán el asiento que falta al costado de Martin Valjent y Antonio Raíllo.

El único triunfo que ilumina el expediente del Mallorca se fraguó tras un plan muy concreto que difícilmente será reproducido en casa y menos aún contra un oponente como el Almería. De todas formas, el cuadro isleño ha emitido señales interesantes como local. A falta de victorias ante su público, el equipo sí que se ha mostrado seguro con el balón en movimiento, ya que los tres goles que ha encajado Rajkovic han llegado desde el punto de penalti. El Mallorca y el Almería parecen viajar en vagones diferentes aunque sus números no se alejan demasiado. De hecho, solo están separados por un escalón en la tabla y llevan el mismo tiempo sin ganar. La única diferencia es el punto que han metido en la cartera los insulares desde entonces.

El rival

En el caso de los andaluces, encadenan también dos partidos sin festejar ningún tanto y el último de ellos lo anotó Umar Sadiq, ahora gravemente lesionado y en la plantilla de la Real Sociedad. Una tendencia que ha sumido al equipo en una incertidumbre que podría proyectarse en diversos cambios sobre la hierba de Son Moix, tanto de sistema como de nombres. Joan Francesc Ferrer, Rubi, podría volver a la casilla de salida y apostar otra vez por una muralla de tres centrales que ya le funcionó en las primeras semanas del campeonato. En cambio, para arreglar la avería que padece en ataque es bastante probable que recurra al delantero malí El Bilal Touré.