Imagen de archivo de Robert Sarver. | Ultima Hora

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Robert Sarver no es el dueño del Real Mallorca. Ni siquiera el máximo accionista. El banquero de Arizona, que fue inhabilitado por la NBA durante un año además de recibir una sanción económica de 10 millones de dólares por una conducta racista y sexista al frente de los Phoenix Suns, es un ‘propietario minoritario’ según desveló el propio presidente del club balear, Andy Kohlberg, en su carta de apoyo a Sarver. Hasta la fecha, desde que la empresa Liga ACQ Legacy Partners LLC asumió el control accionarial en enero de 2016, los papeles habían estado asignados desde el primer día con Robert Sarver como el máximo accionista y Andy Kohlberg y Steve Nash un escalón por debajo. .

Según la información oficial de la SAD balear, todo sigue como siempre. Andy Kohlberg y Robert Sarver mantienen el mismo porcentaje accionarial, alrededor de un 40 % de los títulos cada uno; Steve Nash se encuentra en otro escalafón y completan el pastel un grupo numeroso de pequeños accionistas de los Suns. También queda algún resto pequeño de mallorquines que conservan un mínimo de acciones.

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Realidad

La situación real, sin    embargo, es muy diferente y ha cambiado. De forma gradual, pero radical. El orden establecido comenzó a dar un giro con la salida de Maheta Molango primero y de Javier Recio después. El CEO salió por la puerta de servicio por ‘discrepancias’. Fue entonces cuando Andy Kohlberg, que siempre ha estado más pendiente del club balear que Robert Sarver, vinculado de forma más estrecha a su franquicia de la NBA, se puso el mono de trabajo. Escogió a Alfonso Díaz como CEO de negocio y se acercó al exfutbolista Graeme Le Saux para dirigir las operaciones deportivas de la entidad. En primer lugar negoció la contratación de Pablo Ortells, director de fútbol de la entidad. Fue Kohlberg y no Sarver quien llevó personalmente las conversaciones para fichar al primer responsable deportivo del club.

El ‘Informe Sarver’ también ha supuesto un antes y un después. El caso destapado por la ESPN sobre ciertas actitudes misóginas y racistas del banquero de Arizona en sus 18 años como propietario de los Phoenix Suns hizo saltar las alarmas. Desde entonces, en noviembre del pasado año, Sarver no ha vuelto a pisar la Isla (su última aparición pública en Ciutat fue hace ahora un año, en septiembre, cuando le entregó una camiseta a Abdón Prats por sus 150 partidos) mientras que Andy Kohlberg cada vez ha aparecido con más frecuencia por Palma, donde ya hace un par de años adquirió un lujoso ático en la conocida como Plaza de las Tortugas.

El adjetivo ‘minoritario’ que incluyó ayer en su nota para referirse a Robert Sarver no fue ningún desliz gramatical. El presidente Kohlberg quiso dejar bien claro quien manda en este Mallorca y alejarse de la sombra de sospecha que persigue al banquero de Arizona, cuya imagen en Estados Unidos ha quedado muy tocada después del caso y de la suspensión de un año más una sanción de 10 millones de dólares impuesta por la NBA. Algún día deberían explicar cuándo, cómo y por qué se produjo el cambio accionarial. Aunque ahora digan que siempre ha sido así...