Kang in-Lee, en una imagen captada durante un entrenamiento. | Teresa Ayuga

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Encerrado en la celda de la suplencia durante el tramo final de la pasada temporada e inédito en la última jornada, cuando el Mallorca se jugaba nada menos que amarrar la categoría, Kang-in Lee (Incheon, Corea del Sur, 19 de febrero de 2001)    es esta temporada un jugador diferente. El surcoreano, indiscutible en la pizarra de Javier Aguirre, que a su llegada a Mallorca no confió en él, ha sufrido una metamorfosis extraordinaria durante el verano. En los nueve encuentros dirigidos por el técnico mexicano la pasada campaña solo fue titular en uno y ni siquiera completó una hora de partido. En el presente campeonato, el nombre de Kang In permanece grabado a fuego en el manual del preparador. Titular en los cuatro encuentros, acumula 340 minutos de los 360 posibles y ya ha igualado sus estadísticas del campeonato anterior: un gol y dos asistencias.

Después de un año complicado y eclipsado por otra estrella asiática, el japonés Take Kubo, la marcha de éste a la Real Sociedad y su propio cambio de mentalidad han provocado que veamos a la versión más fiable de Kang In, aquel chaval que era objeto de deseo de los grandes de Europa cuando era un niño y que estrenó en Champions League con apenas 18 años en Stamford Bridge con apenas 18 años.

El hecho de que el Mundial de Catar esté en el horizonte también tiene cierta influencia en su progresión. Su objetivo es convencer al seleccionador Paulo Bento para formar parte de la lista definitiva y acudir a la Copa del Mundo. Y sus números invitan a la confianza. Supera el centenar de pases, regatea, asiste y ya ha marcado en lo que llevamos de Liga. Su sociedad con Muriqi es una de las parejas del torneo y quiere seguir creciendo para demostrar que aquel chaval que se convirtió en un ídolo de masas en su país cuando era un niño tras ganar un ‘reality’ de fútbol todavía tiene mucho que ofrecer sobre los terrenos de juego de La Liga, empezando por este domingo en el Santiago Bernabéu.