Convertido en una prolongación de ese equipo que acabó saliendo a la superficie a finales de mayo, el Mallorca tiene solo dos partidos por delante para acelerar el proceso de ensamblaje y sumar horas de vuelo. Hoy, en el primero de ellos, los focos apuntarán sobre todo a la portería, donde se espera el debut de Predrag Rajkovic. Fichado hace poco más de una semana, el cancerbero serbio -una de las poquísimas caras nuevas del grupo- no pudo debutar el miércoles contra el Sporting en Son Bibiloni, pero hoy ya está listo para apretarse los guantes y situarse por primera vez bajo el larguero tomando el relevo del ibicenco Leo Román, imbatido durante todo el verano.
El ex del Stade Reims es uno de los mayores reclamos de la convocatoria de Aguirre, formada por 23 futbolistas entre los que también se encuentra el último en llegar: Rodrigo Battaglia. El pivote argentino aún no ha podido entrenar con sus compañeros, aunque conoce perfectamente al grupo y al entrenador y si llega con algo de gasolina en las piernas lo más probable es que tenga minutos, tal y como ocurrió con Muriqi en el último bolo.
Los que seguro que no se visten son los descartes del entrenador, que ayer volvieron a quedarse en Palma. Ni Jordi Mboula, ni Matthew Hoppe, ni Álex Alegría -se le ha empezado a vincular con el Badajoz- entraron en una lista en la que también faltan los lesionados Franco Russo, Dominik Greif y Amath Ndiaye. La factoría de las categorías inferiores estará representada en Italia por el portero Pere Joan, los defensas Josep Gayà y Antonio Frau y el extremo Javi Llabrés.
Enfrente del Mallorca estará un Nápoles que, dirigido por Luciano Spalletti y abanderado por futbolistas como Victor Osimhen, Zielinski, Fabián Ruiz o Hirving Lozano, participará en la próxima entrega de la Champions después de acabar tercero en la Serie A por detrás de los dos colosos lombardos, Milan e Inter.
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