Imagen del partido contra el Granada. | Miquel Àngel Llabrés

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Anímicamente golpeado y con el abismo bajo sus pies, el Mallorca intentará alargar esta noche el sueño de seguir otro año en Primera. Los de Javier Aguirre, todavía con el cuerpo amoratado por una de las derrotas más dañinas de los últimas años, han viajado a Sevilla en busca del más difícil todavía. Sin demasiados argumentos a los que aferrarse más allá de los números, el equipo balear se siente cada vez más confuso y arrinconado. Sobre todo después de los pésimos resultados que ha dejado el primer fascículo de la jornada, con el Granada dando otra enorme brazada hacia la orilla y el Betis obligando al Sevilla a tener que ganar hoy para imprimir el billete hacia la Liga de Campeones. Después de casi medio año sin rascar un solo punto como visitante, los bermellones están forzados a hacerlo en un campo en el que solo ha ganado el campeón. La décima derrota consecutiva fuera de casa sería otro clavo en el ataúd. Quién sabe si el definitivo (Ramón Sánchez Pizjuán, GOL, 20.30 horas).

Lo primero que ha tenido que hacer el Vasco Aguirre tras la infamia del 2-6 es un balance de daños. La del Granada es una de esas caídas que acarrean todo tipo de secuelas y en esa dirección las más graves suelen ser las emocionales. El Mallorca perdió todos sus ahorros en noventa minutos de oscuridad y se tendrá que dejar la vida para recuperarlos.

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El técnico mexicano ha anunciado cambios en sus filas, pero no la naturaleza de los mismos ni su profundidad. Salvo Pablo Maffeo y Salva Sevilla, nadie escapó del incendio que provocaron Jorge Molina y compañía, así que casi todos los rincones del campo están expuestos a una posible reforma en Nervión. Empezando por la portería, que lleva desde el sábado en el centro de la diana y formando parte de todas las discusiones. Con el partido roto y el Mallorca descompuesto, el público de Son Moix descargó toda su ira sobre Sergio Rico y el portero, que vuelve por primera vez a su casa y al estadio en el que nació como futbolista de elite, ve amenazada una posición que parecía asegurada desde que comenzó a vestir de rojinegro, hace ahora quince partidos. No lo ha aclarado el técnico, que ante la posibilidad de atajar el debate prefirió mantenerlo encendido. El problema es que Manolo Reina lleva desde el 2 de enero sin competir y que la tercera vía, Leo Román (21 años), no merece asumir tal cantidad de presión en un momento tan crítico.

Dibujo

Un paso por delante, la defensa también podría verse sacudida. Todo apunta a que el Mallorca irrumpirá en el Pizjuán con tres centrales y dos carrileros, pero tampoco se descarta que el técnico mantenga alguna de sus cartas boca abajo. De hecho, puede que de cintura para arriba solo tenga el sitio asegurado Vedat Muriqi. El que seguro que no estará es Fer Niño, el único futbolista disponible de la plantilla que se ha quedado en tierra, al parecer, como castigo a esa supuesta salida nocturna que protagonizó el mismo sábado, con la goleada del Granada todavía fresca. Aguirre, que recupera a Franco Russo y mantiene las bajas de Amath y de Sedlar, ha desplazado a 24 futbolistas y entre ellos, además de Leo Román, se encuentran los canteranos Josep Gayà y Javi Llabrés.

El juego del Sevilla se ha ido desplomando con el paso de las jornadas y últimamente ha tenido problemas en casa –solo ha ganado uno de los últimos cuatro partidos–, pero el equipo de Julen Lopetegui tiene el balón de la Champions a solo unos centímetros y quiere terminar de agarrarlo. El técnico guipuzcoano está pendiente del estado físico de jugadores como el delantero francés Anthony Martial, el defensa neerlandés Karim Rekik o el extremo argentino Lucas Ocampos. Son bajas seguras el extremo Suso Fernández, ausente desde hace cinco meses por un problema de tobillo del que está terminando de recuperarse, y el centrocampista brasileño Fernando Reges, que ya no reaparecerá hasta la temporada que viene después de ser intervenido también de un tobillo.