Isabel Rosselló, junto a Alfonso Díaz, Álvaro Anaya y Andy Kohlberg. | Click

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Isabel Rosselló es una mujer sordo ciega. Es decir, que ni ve y apenas oye. Sin embargo, es una mujer muy positiva y dispuesta a superar todos los palos que lleva en las ruedas del carro de su vida. Vamos, que Isabel le sabe poner buena cara a las contrariedades, que en su caso no son pocas. Primero, como vive sola, hace todas las labores de su casa, incluso las comidas; y segundo, aprende a bailar salsa y a tocar guitarra. Ambas actividades gracias al apoyo de la ONCE. Lo primero lo hace en una academia de baile de Palma, y lo segundo, de la mano del profesor y guitarrista Álvaro Anaya, que se ha tenido que ingeniar un pequeño artilugio sonoro para que ella oiga algo, aunque sea mínimamente. A ambos lugares llega acompañada por un guía de la citada entidad.

A Isabel la conocimos una mañana en el estudio de Álvaro. Vestía la camiseta del Real Mallorca y nos contó que le gustaba el fútbol y, que como era mallorquinista, le encantaría asistir a un encuentro que disputara el equipo de sus amores en Son Moix… aunque tampoco diría que no al Atlètic Baleares si la invitara. Días después de haber publicado el reportaje Ultima Hora, Isabel recibió la invitación del Mallorca para que viera el partido ante el Atlético de Madrid disputado el pasado sábado en Son Moix. Allí acudió acompañada por su profesor Álvaro y por Salvador, su monitor y guía. En el club fue recibida por el presidente de la entidad, Andy Kohlberg, quien le hizo entrega de una camiseta del equipo, con su nombre, Isabel, en la espalda, y el número 10, que ella aceptó y agradeció.

Si es ciega y sorda, ¿cómo sigue el partido?, se preguntará el lector. «Como oye muy poquito –nos dijo Álvaro-, escucha algo a través de unos cascos que lleva conectados a un viejo transistor». Al mismo tiempo, Salvador se lo va contando muy al oído y ella se lo va imaginando, incluso lo «ve» a través de su imaginación… Porque también le llega, aunque mínimamente, el sonido del ambiente. Y así, de este modo, vive el partido. Incluso, a lo largo del mismo se anima y grita «¡Ánimo, Mallorca! ¡Vamos a ganar!, ¡No descenderemos!»...

Ni que decir tiene que, a través de Álvaro, Isabel nos hizo llegar lo feliz que había sido en el campo y lo muy agradecida que estaba a la directiva del Mallorca por haber tenido tantos detalles bonitos con ella. «Y encima, hemos ganado al Atlético de Madrid». Un día que Isabel recordará para siempre.