Vedat Muriqi se lamenta después de una ocasión fallida del Mallorca. | M.A. BORRÀS

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El extremo sur de la clasificación se ha desprendido del resto y empieza a hundirse con cinco equipos encima y solo dos flotadores. A falta de ocho jornadas para que concluya la travesía por la permanencia, el Mallorca y sus compañeros de viaje parecen haberse quedado solos. Salvo que Getafe, Elche o Rayo Vallecano se acaben precipitando al lodo, la subasta de la salvación quedará reducida al conjunto balear y a ese par de rivales que tiene sobre su cabeza (Granada y Cádiz) y al que está bajo sus pies (Levante y Alavés). Una carrera sin apenas descanso en la que serán decisivos todos los duelos directos que todavía faltan por resolver.

En el caso del Mallorca, todo se ha complicado en un fin de semana para arrojar al contenedor. El efecto Aguirre quedó aplazado en Getafe y el equipo, además de frustrarse en otra polémica arbitral sin mucho recorrido, enganchó su séptima derrota consecutiva e igualó una racha en la que llevaba treinta años sin enredarse. Suma un mes y medio con toda la maquinaria detenida y sin generar dividendos, una parálisis de la que se ha aprovechado el Cádiz. Primero para adelantarle por la derecha y después para distanciarse un paso más gracias a su empate en Mestalla.

Objetivo

El conjunto amarillo es el gran objetivo de los bermellones. El equipo de Sergio González está a menos de un partido de diferencia, tiene por delante un calendario lleno de minas y es el único que, por el momento, tiene perdido el golaverage directo con los de Son Moix, que aún tienen que enfrentarse a Granada y Alavés, ambos en casa, sin descuidar los partidos contra el Elche en el Martínez Valero y frente al Rayo Vallecano en Palma. En el vestuario del Mallorca, sobre todo tras la llegada del nuevo entrenador, nadie quiere sacar la calculadora del cajón. «Iremos fecha a fecha», establecía Javier Aguirre mientras entraba en la caseta. Futbolistas y cuerpo técnico valoran las mejoras que experimentó el equipo a la hora de defenderse en Getafe y solo piensan en el Atlético de Madrid.

Eso llevará a que hoy el grupo esté pendiente de lo que ocurra en el primer asalto de los cuartos de la Champions, donde el equipo del Cholo Simeone ha quedado emparejado con el Manchester City. Para los colchoneros la visita a Son Moix ha quedado encajonada entre las dos partes de la eliminatoria, por lo que un buen resultado en el Etihad Stadium podría llevarle a reservar algo de combustible este fin de semana. El Granada, el otro equipo al que el Mallorca aún podría arrastrar hacia el barranco, tampoco va a tener un trayecto plácido de aquí hasta el final. Además de pasar por la caja de Son Moix en la jornada 35ª, al conjunto nazarí le quedan otras tres salidas complejas al Sánchez Pizjuán, al Metropolitano y al Villamarín. A su espalda, el Mallorca aún dispone de cierto margen con respecto a Levante y Alavés —anoche destituyó a Mendilibar—, que se mueven ya dentro de unos márgenes peligrosos.

Ampliar el círculo

Otra cuerda a la que puede agarrarse el Mallorca del Vasco Aguirre es la de esos equipos que pese a tener la permanencia encauzada todavía no han llegado a tierra firme. Con el Getafe (32 puntos) se perdió una buena oportunidad el pasado fin de semana, pero el Elche (32 puntos) sigue al alcance y el partido del próximo día 16 será determinante. Dos de sus futbolistas, Josan y Gumbau, recordaban ayer que confían en atar la salvación en los dos próximos encuentros, que juegan en casa frente a la Real Sociedad y la escuadra isleña. El que tampoco está a salvo del todo y podría meterse en líos es el Rayo (33 puntos y un partido menos, frente al Barça). Lleva once jornadas sin ganar y es el único que ha sumado menos que el Mallorca en la segunda vuelta.