Sergio Rico, portero del Mallorca, durante un partido de esta segunda parte de la temporada. | Efe

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El partido de los contrastes se jugará con las áreas en llamas. Mallorca y Madrid, que circulan por este punto de la temporada a velocidades muy diferentes, van a medir este lunes (Son Moix, 21.00 horas) sus diferencias en torno a unas porterías que para los de Luis García Plaza se han transformado en zonas de conflicto.

El Mallorca, que después de cuatro derrotas en línea anda metido en la peor dinámica de toda la Primera División, prepara el salón de su casa para recibir a un Real Madrid instalado en las antípodas. Pletóricos tras sacar al PSG del escaparate de la Champions, los blancos son los dominadores de la Liga y han sumado diez puntos en ese mismo tramo en el que el conjunto bermellón se ha ido desinflado. En cualquier caso, no son esos los números que más inquietan entre las filas mallorquinistas.

El equipo, que en ataque había salido parcialmente del túnel aprovechando el oleaje del efecto Muriqi, lleva ahora dos partidos sin ser capaz de marcar en casa —contra Valencia y Real Sociedad— y ha perdido la referencia a la hora de cubrirse el rostro para protegerse: lleva diez jornadas consecutivas encajando algún tanto y es el segundo equipo más vulnerable de la categoría (45 goles en contra en 27 partidos). Solo al Levante, colista, le hieren con más facilidad.

Cambio radical

Si el Mallorca pretende redactar otra hazaña a costa del Madrid está obligado a dar un volantazo y a corregir una serie de defectos que se han ido agravando con el paso de las semanas. No hay otra escapatoria. Jugará liberado de la presión de otras noches y sabiendo que aunque enganche otra derrota no caerá a los puestos de descenso, pero la carga que porta sobre los hombros es demasiado notable y le toca encararse con un peso pesado.

En el Madrid el ambiente está soleado en lo deportivo y es casi veraniego en lo anímico. No pierde en la Liga desde el 2 de enero —en la visita al Coliseum de Getafe— y desde entonces solo se ha quedado un partido, el de Villarreal, sin marcar. Tiene más dinamita que nadie (56 goles a favor en 27 partidos) y cuenta con los mejores especialistas del campeonato. Solo entre Benzema y Vinicius, los dos máximos artilleros del torneo, suman 33 dianas. Es decir, siete más de las que ha marcado la plantilla del Mallorca al completo.

Por si fuera poco, al conjunto de Ancelotti tampoco es fácil meterle mano en su propia área porque únicamente ha recibido 21 goles. Solo el Sevilla encaja menos. El Madrid es también el visitante más feroz de la Liga con 29 puntos recopilados en trece desplazamientos, aunque también es cierto que la mitad de sus errores en esa dirección los ha cometido a partir de enero.