Ángel Rodríguez lamenta una acción en el área. El delantero empezó siendo la pareja de ataque de Muriqi, pero LGP no ha consolidado esa idea. Habrá que esperar si ante el Madrid, vuelve. | Efe

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La situación tan delicada    que atraviesa el Real Mallorca se debe a los malos resultados cosechados durante esta última fase de la temporada donde la pérdida de partidos ha terminado por dilapidar un colchón que, siendo escaso, al menos permitía tener cierta sensación de alivio cuando uno miraba el vagón de cola.

El colchón se estrecha

Sin embargo, las cuatro derrotas consecutivas han hecho mucho daño y el equipo de Luis García se ha visto abocado a navegar por arenas movedizas en una fase del curso donde cada punto que se pierde te hunde un poco más. Los problemas están bien localizados y lo verdaderamente difícil ahora es amarrar una soga que te permita ir tirando de ella y volver a poner pies en tierra firme. Sin embargo, cada semana que pasa es más difícil sumar puntos que te permitan volver a una situación de calma en la clasificación. Lo perdido ya no volverá, ahora de lo que se trata es de intentar dar pequeños pasos para evitar caer entre los tres últimos.

Inseguridad y facilidades

Las causas que han llevado al Mallorca a sumergirse en el lodazal de la tabla tienen que ver principalmente con la enorme fragilidad del equipo en defensa y la falta de mordiente en ataque. No marca o cuando lo hace no le da para ganar porque se muestra incapaz de mantener su portería a cero. Ese es el otro factor clave y que Luis García quiere frenar de inmediato porque de lo contrario es muy difícil ganar partidos. El equipo tiene que crecer desde la solidez atrás y la principal consigna es dejar el marcador a cero.

Tres centrales, una posibilidad

La presencia de Sergio Rico y sobre todo de Raíllo debían ayudar a que el equipo equilibrara sus números en la retaguardia, pero poco a poco el grupo se muestra tibio atrás, previsible, poco contundente. Una de las opciones puede ser cambiar el sistema y jugar con tres centrales y dos laterales porque solo desde la portería a cero se puede crecer en los partidos. No será el primer entrenador ni el último que en este tipo de situaciones desesperadas toman también la medida drástica de cerrar la puerta o al menos intentarlo.

El efecto Muriqi se desvanece

En el mercado de invierno se ha tratado de reforzar al equipo en dos posiciones delicadas como la portería y la delantera. En la portería Sergio Rico no dota de seguridad al grupo como se esperaba que hiciera y delante el efecto generado por la explosión del pirata Muriqi en los partidos disputados ante Cádiz, Athletic y Betis se ha ido poco a poco difuminando. Luis García ha decidido no mantener la pareja que formaba con Ángel y que daba la sensación de tener capacidad de generar peligro. Es cierto que el exjugador del Getafe también se ha pasado muchos minutos sin dar apenas noticias y de ahí que el técnico haya vuelto a dar una vuelta de tuerca más al sistema de juego.

Jugadores poco determinantes

El caso de Ángel Rodríguez no es el único. Si bien en ocasiones ha sido determinante con su juego, lo cierto es que también se ha mostrado excesivamente intermitente al igual que otros compañeros que con el paso de los partidos han perdido protagonismo en el juego y no son determinantes. Por ejemplo Dani Rodríguez, un futbolista cuya capacidad de lucha siempre ha sido sobresaliente, pero que ahora no tiene ese punto desequilibrante que sí ha tenido en muchos partidos.

A partir de ahí, hay otra serie de jugadores que tampoco aportan prácticamente nada, casos como por ejemplo Amath, Battaglia, Hoppe, Kang In, el propio Take Kubo, Fer Niño o incluso Antonio Sánchez. Jugadores que jueguen el tiempo que jueguen están brillando por debajo de su calidad. Otra cosa son los futbolistas que hoy por hoy tienen papeles testimoniales como Abdón, sin olvidar el enorme vacío que ha dejado Galarreta tras la lesión que sufrió ante el Betis.

Salva con cuatro goles

Resulta evidente que el entrenador tiene que buscar soluciones a este conflicto, pero también es verdad que la dirección deportiva ha planificado una plantilla absolutamente descompensada sin pensar en la necesidad real que exigía la Primera División. Ortells ha gastado muchas balas, invertido pésimamente mal los recursos y confeccionado un grupo endeble donde el máximo artillero es uno de los más veteranos de la Liga y que es centrocampista. Luis García tiene ahora que solucionar el plan del director deportivo. Y es mejor no mirar el calendario porque este sencillamente es infernal, empezando por la visita del Real Madrid el lunes.