Take Kubo sale al campo en el segundo tiempo del partido del Mallorca contra el Getafe tras dos meses fuera del campo por lesión. | Miquel Àngel Borràs

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Takefusa Kubo está de vuelta. Tras dos meses fuera del campo por lesión, el futbolista japonés volvió a ponerse al servicio del Mallorca el pasado fin de semana y espera llegar a tiempo para ayudar al equipo a salir del bache en un final de año lleno de partidos marcados en negrita. Con una racha a cuestas de siete partidos de Liga sin ganar y un único triunfo en los últimos doce encuentros, el atacante cedido por el Real Madrid es una de las balas que se guarda Luis García Plaza en busca de una reacción antes de que acabe el año. Además de la Copa del Rey, en la que debuta este miércoles contra la Gimnástica Segoviana, el conjunto balear se enfrentará en diciembre a Atlético de Madrid, Celta y Granada. Tres duelos importantísimos que podrían marcar un punto de inflexión en la caminata hacia la permanencia.

«A Take le queda un poquito para jugar desde el inicio, es una bala que me guardo por si tengo que utilizarla», explicaba su entrenador, Luis García Plaza, en la sala de prensa de una jornada que él mismo calificaba de «importante». Tanto, que el técnico acabó metiendo la bala en el cargador para desatascar el partido contra el Getafe (uno de sus exequipos) y dar un paso más en busca de una victoria que finalmente no llegó. Bajo la lluvia de Son Moix, donde no jugaba desde el 19 de septiembre, Kubo entró en acción antes de lo previsto en el guion (minuto 68) para sustituir a Jordi Mboula y recibir de nuevo el abrigo de una afición que le tiene un cariño especial.

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Ahora a Kubo se le acumula el trabajo. Además de integrarse de nuevo en un grupo que le ha echado en falta y hacerse fuerte en la pizarra de LGP, el japonés debe devolverle al Mallorca la capacidad de desequilibrio en tres cuartos de campo y ayudar en tareas ofensivas, donde la sequía se ha ido acentuado. Autor de cuatro tantos en su etapa anterior (temporada 2019-20), en los siete partidos en los que ha participado durante el curso actual todavía no ha podido estrenarse. El último tanto que festejó vestido de rojo fue contra el Levante en julio de 2020, en mitad de aquel maratón de partidos que se sucedió después del confinamiento y que tampoco sirvió para mantener la categoría.

En su vuelta al equipo, Kubo también debe demostrar que puede formar una sociedad efectiva con el otro futbolista asiático de la plantilla, el coreano Kang In Lee, que en los últimos encuentros se ha reafirmado como el jugador más peligroso del Mallorca en campo rival. Luis García ya insistió antes del partido contra el Getafe que ambos tienen sitio en esa línea de tres mediapuntas que sitúa normalmente tras el ariete y que la fórmula puede funcionar pese a que los dos tienen un perfil muy similar. El tiempo y el balón serán los que resuelvan el jeroglífico.