Alfonso Díaz, gestor del Real Mallorca. | Pere Bota

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Vinculado al sector privado, Alfonso Díaz Zaforas (Sevilla, 1975) es el CEO de negocio del Mallorca y la persona por la que pasa la gran responsabilidad de la gestión del club. Escucha las preguntas con atención y responde con agilidad. Sobre el espinoso asunto de Sarver asegura que, pase lo que pase tras la investigación de la NBA, el Mallorca se verá exento y «todo seguirá igual». Se marca el reto de ayudar a solucionar el conflicto del Sitjar y celebra que la deuda sea casi simbólica.


¿Cómo valora la dificultad de solucionar el conflicto del solar donde estaba ubicado el Lluís Sitjar?

— Mi relación con el presidente de los Copropietarios, Joan Aguiló, es muy buena y personalmente he hablado con cerca de 70 copropietarios más por vídeo llamada porque quería entender cuál era la situación y de dónde venía la problemática que lleva más de dos décadas sin resolverse. Cuando algo se ha enquistado durante tanto tiempo, tal vez hay que replantearse las cosas de forma diferente y en este sentido estamos trabajando, para tratar de encontrar una solución.

¿Cuál es el sentimiento generalizado después de sus entrevistas con los copropietarios?

— Que quieren seguir apoyando al club, que quieren seguir viniendo al fútbol y rememorando esas épocas anteriores. Es un tema muy sentimental. Ellos tienen sus títulos y tienen su derecho a defender lo que crean oportuno. Después de dos décadas sin encontrar una solución, ahora estamos en un momento muy bueno en cuanto a que hay una propuesta y creemos que tenemos que avanzar. Estamos hablando de que podemos colaborar a la ciudad en la implantación de una zona verde. Ahora mismo es un solar y nosotros estamos por la labor de ayudar y queremos colaborar en que esa zona sea un pulmón para la ciudad.

¿Qué pasos se seguirán ahora?

— Yo me ofrezco a explicar a todos que nuestro interés es ayudar a solucionar algo que lleva enquistado dos décadas y ahora tenemos una propuesta en firme por parte del Ajuntament y desde este punto de vista queremos resolverlo. Si nos invitan los copropietarios a su reunión iremos ahí y plantearemos esta situación, que repito debe solucionarse por el bien de todos.

¿Queda exento de la propuesta del Ajuntament que el estadio de Son Moix pase a ser propiedad del Mallorca?

— No tiene nada que ver. Es una venta de títulos y de un terreno. Consideramos que de cara a un futuro mejor, es momento de cerrar ahora la puerta del Lluís Sitjar, de crecer como club y de ayudar a la ciudad en lo que podamos con esta área verde. No tiene que ver tampoco cerrar este asunto con las mejoras en el estadio. Son cosas diferentes.

¿Qué novedades puede ofrecer respecto a la reforma de Son Moix?

— Pensamos que este estadio tiene que dar un servicio a la ciudad. Es un espacio de deporte, pero tiene que serlo también de cultura, de servicios a la comunidad como se hace a día de hoy donde tenemos partidos de fútbol, conciertos, las Pimes se reúnen casi a diario en nuestras instalaciones y se dan servicios a muchas familias a través de la Fundación. El estadio es integrador y tiene que sumar a la ciudad y a la ciudadanía. Además es una instalación pública. Esta es la perspectiva en cuanto a un estadio de futuro y pensando en la sostenibilidad. Trabajamos en tratar de hacer un proyecto que pase porque la gente deje el coche en su casa y venga en bicicleta, quien pueda hacerlo, y pensar en un Son Moix de futuro tiene que disponer de estos requisitos.

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Díaz, en un momento de la entrevista. FOTO: Pere Bota

¿Y en el aspecto futbolístico?

— En este sentido estamos trabajando con tres proyectos en paralelo. En los próximos quince días tendremos algo encima de la mesa en relación a uno de ellos. Queremos un estadio seguro, en el que la experiencia del aficionado sea positiva, con asientos nuevos y en condiciones y acercar al seguidor al campo y que sea un estadio de fútbol. En eso trabajamos con los arquitectos. Hay que dar pasos bajo la perspectiva de la responsabilidad porque queremos que este club siga avanzando cien años más y por lo tanto no podemos entrar en unos proyectos que obliguen a pasar dificultades económicas. Sabemos por lo que hemos pasado y no podemos situarnos otra vez a una posición de deuda elevada porque nuestro objetivo es que este club tenga durabilidad y eso se conseguirá gracias a una gestión responsable.

¿Se han llegado a plantear en un futuro construir un nuevo estadio en los terrenos del Lluís Sitjar?

— Lo descartamos porque construir un estadio es una inversión enorme que no entra en nuestro plan. Estos seis años, si algo nos ha caracterizado, ha sido hacer las cosas con responsabilidad y sentido común.

¿El montante económico de la reforma lo tienen valorado?

— Estamos en ello todavía y en cuanto tengamos el proyecto inicial lo haremos público y lo compartiremos. No hay nada que esconder. Estamos en el periodo de analizar qué posibilidades hay y una vez que lo tengamos claro tenemos que ver las variables de proyecciones financieras y entonces veremos los tiempos a seguir. Lo ideal sería empezar las actuaciones en el verano del año que viene para empezar a ver cambios en el recinto.

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¿El estadio actual de la Real Sociedad, el Reale Arena, sería un ejemplo de su idea?

— Ellos tienen un estadio con el doble de asientos y se ha construido casi un recinto nuevo. Se han mantenido las dos tribunas, pero los fondos se han tirado abajo y construido de nuevo y no sería el caso.

¿Cuánto ingresará el club con el acuerdo con LaLiga y CVC y cómo va a orquestarse esta ayuda?

— Un 15% va destinado a plantilla, otro 15% al pago de la deuda y el 70% a infraestructuras y a potenciar la marca. De lo que se trata es de que los clubes sean estructuralmente mejores y que haya más clase media en el fútbol español. Esto hará que la Liga en sí crezca y en nuestro caso tenemos que recibir entre 25 y 30 millones de euros. No es exactamente un préstamo, es una participación y las cantidades se van a entregar en cuatro plazos.

¿En que estado se encuentra la salud financiera del club?

— La deuda está prácticamente liquidada en un escenario de salida del concurso de acreedores. Hasta hace pocos meses estábamos en concurso, ahora esté está resuelto. Estamos liberados de esa deuda mala y a partir de ahora cualquier deuda que se pueda generar será para crecer. Todas las empresas se endeudan hasta un nivel aceptable para poder seguir creciendo y esta es la situación ideal que tenemos que tener en el futuro. Los propietarios-accionistas han aportado casi 45 millones de euros en seis años, pese a todas las dificultades que hemos sufrido han apoyado al club económicamente en la gestión y son muy cercanos. Su compromiso es total tanto por lo que hace referencia a los años anteriores como de cara al futuro. Es un proyecto a largo plazo. Cuando ellos llegaron, por ejemplo, había todavía casi 27 millones de deuda del concurso por resolver y esto ha cambiado. Ha sido un lastre tremendo y ha dificultado mucho salir adelante. Poco a poco vamos creciendo y la capacidad de adaptación que tenemos es también clave del éxito porque hemos descendido, vuelto a ascender y en el futuro estamos preparados para abrazar los próximos proyectos.

Usted es un hombre de gestión, sin embargo el fútbol tiene ese componente de azar que en ocasiones no va ligado a una buena administración de la sociedad y todo depende del balón.

— Todo depende de un juego, del fútbol, pero si la experiencia de la gente que ha llegado la aplicamos en la gestión de un club, al final creemos que ese azar que pueda tener el juego sea cada vez menor y más controlado.

¿Cómo está viviendo la situación que atraviesa Robert Sarver en Estados Unidos con las manifestaciones vertidas sobre él acusándole de racista y misógino?

— Yo puedo hablar de mi experiencia y en estos seis años el trato ha sido excelente, con total respeto hacia mí y con el personal de este club. Eso es lo que yo he vivido y es el Robert Sarver que conozco.

¿Influirá lo que suceda con Robert Sarver tras la investigación de la NBA en el futuro del Real Mallorca?

— En absoluto. El club va a seguir funcionando, ellos van a seguir aquí y esto es un proyecto de futuro. No tiene que tener ninguna influencia en el Mallorca y todo va a seguir igual.

En el apartado deportivo, ¿el club se plantea en el mercado de invierno la posibilidad de fichar a un delantero?

— Con Pablo Ortells hablo, gestiono, analizamos la parte de planificación y si va a venir un nueve o no es una decisión del área deportiva. En el mercado de invierno hay una parte del límite salarial de la plantilla de la que podemos echar mano por si es necesario.

¿Tiene previsto el club la creación de un equipo de fútbol femenino?

— Es un tema que vamos a hablar con el director deportivo. Tenemos que ser un club integrador y tener equipos en todas las categorías. Estamos tratando de crecer, estabilizarnos y valorar desde todas las perspectivas. No lo descartamos y hay que estudiarlo con detalle.

¿Dónde ve el club dentro de diez años?

— Nosotros trabajamos en planes a tres años vista y vemos todos los posibles escenarios. Cada año vamos ampliando y creciendo en este plan. Y en diez años obviamente es llegar al ‘top ten’. Es un camino difícil, no sabemos cuándo se va a alcanzar, pero ponemos todo nuestro esfuerzo y energía en ello para tener un club de esa clase media de la Liga. Ese es el gran objetivo de la entidad en este periodo de diez años.