Luis García Plaza en rueda de prensa. | Redacción Deportes

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Los encontronazos entre el Mallorca y el Villarreal han acabado en un manojo de asuntos pendientes. Desde aquella denuncia que acabó retirándole el pasaporte al club balear hace más de una década (2010) bermellones y amarillos parecen enzarzados en un enfrentamiento perenne, aunque el continuo trasvase de futbolistas entre Son Moix y La Cerámica, sin ir más lejos, ya deja claro que el conflicto se libra más en la grada que en los despachos.

A ras de hierba ni uno ni otro han llegado a separar nunca sus caminos ni a quitarse el ojo de encima. Este fin de semana volverán a coincidir sobre el mismo decorado y a la hora de la comida, pero en lugar de sentarse en torno a un mismo plato recuperarán el hilo de una batalla llena de aristas, marcada todavía por el morbo y las viejas facturas.

Seis partidos y una destitución

Luis García se enfrentará de nuevo al Villarreal, el último club al que dirigió en Primera antes de ascender al Mallorca. Sin embargo, el paso del madrileño por el primer equipo de club castellonense —antes había dirigido a su filial— no es más que una pequeña nota a pie de página dentro de su expediente. El hoy técnico bermellón fue reclutado a finales de 2018 para sustituir a Javi Calleja, pero tras solo seis partidos que resolvió con cuatro empates y dos derrotas era destituido y relevado por el propio Calleja. Un mes y medio sin demasiado sentido que dejó marca en LGP. «Casi no me he sentido entrenador del Villarreal», afirmaría después el preparador, que volvió al fútbol chino y probó luego fortuna en Arabia Saudí antes de que le llamara el Mallorca. El domingo y por primera vez tras aquel surrealista capítulo volverá a cruzarse con un Villarreal que como enemigo no se le da mal: en cinco enfrentamientos solo ha sufrido una derrota y fue hace once años. En cambio, le ganó una vez con el Levante y otras dos con el Getafe.

De protagonista a figurante

Otro de los actores que llamarán la atención de las cámaras es Take Kubo. El japonés, salvando las distancias, vivió con el Villarreal algo parecido a lo que sufrió Luis García Plaza. Recaló a préstamo en el conjunto amarillo tras el descenso con el Mallorca a Segunda, aunque la aventura se interrumpió a los pocos meses. Pese a lo llamativo de su fichaje, Take apenas superó los 300 minutos a las órdenes de Unai Emery, solo fue titular en dos ocasiones y, por supuesto, no completó ningún partido. Aprovechando el refugio del mercado de invierno se mudó a Getafe, donde multiplicó sus números aunque sin llegar a asentarse en el once en ningún momento. El nipón, que recibía vestido de groguet el primer gran revés de su carrera en la Liga, dispondrá el domingo de una buena ventana para expresarse y, de un modo u otro, ajustar cuentas.

Cifras oxidadas

En la trinchera castollenense también hay ganas de ganas de levantar la voz con el pistoletazo de salida de la jornada dominical. Su entrenador, Unai Emery, va por delante en el historial de sus confrontaciones con Luis García Plaza —no se han enfrentado desde 2014—, pero se le suelen atragantar los partidos contra elMallorca y las visitas a Palma. Únicamente ha ganado en dos de las once veces que se ha enfrentado al cuadro rojinegro —ambas como entrenador del Valencia— y solo en una de ellas clavó su bandera sobre el césped de Son Moix: en 2011, con un doblete de Pablo Hernández (1-2). No obstante, ese único triunfo que ha cosechado en terreno balear es más reciente que el último que empaquetó el Villarreal, que no se larga de la capital balear con los tres puntos encima desde antes de que se iniciaran las hostilidades entre clubes, en 2009. Los amarillos, que llegaron a encadenar ocho temporadas seguidas sin caer en la isla, suman ahora tres derrotas y un empate en sus cuatro últimas visitas. La última alegría se la concedieron con Pellegrini al mando de las operaciones y Pires, Capdevila, Santi Cazorla o Godín entre sus argumentos.

El dilema de las rotaciones tras la semana europea

El Villarreal afronta un calendario cargado de partidos hasta la próxima parada de selecciones de octubre, en el que deberá jugar seis partidos en las próximas tres semanas, una acumulación de encuentros en los que contempla recurrir a las rotaciones en su once. La idea de Unai Emery parece ser la de apostar por el equipo habitual en la máxima competición europea, aunque en la visita a SonMoix será    la primera vez que el técnico deberá decidir qué hacer con los cambios y las rotaciones, ya que llega la carga de minutos.