Luis García Plaza, el técnico del ascenso. | Redacción Digital

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Llegó con la difícil misión de sustituir a Vicente Moreno, el hombre ascenso, y diez meses después no solo ha hecho olvidar a su predecesor sino que ha dejado su particular huella en el libro de oro de la entidad balear con un ascenso aliñado con récords y registros para la Historia. Por primera vez desde que se creó el actual formato de la Segunda División, el Mallorca ha cogido el tren hacia Primera antes de alcanzar la última estación. Y lo ha hecho con nota. Con fútbol en ocasiones. Con pegada y efectividad en otras, el grupo de LGP ha rubricado un curso extraordinario para alcanzar la Tierra Prometida antes que nunca.

⇒ De carácter extrovertido, con un discurso llano, directo y en ocasiones hasta bromista, Luis García Plaza (Madrid, 1972) es un técnico peculiar en muchos sentidos. Hasta en tres ocasiones ha pagado de su bolsillo una cláusula de rescisión de contrato con un club para irse a otro. Abandonó el Villarreal B para fichar por el Elche en 2006; en 2008 cambió el Benidorm por el Levante y en 2011 abonó un millón de euros al Levante para firmar por el Getafe. Siempre ha puesto dinero para ir mejorando.

⇒ Nacido en el seno de una familia humilde de Madrid, el pequeño Luis comenzó a estudiar en el colegio Amorós de Carabanchel Alto y a jugar allí hasta que pasó a la cantera del Atlético. Lateral derecho o central, no llegó a debutar con el primer equipo colchonero aunque estuvo en tres convocatorias. Después pasó al Yeclano y al Benidorm, donde colgó las botas a los 28 años por culpa de las lesiones y conoció a su mujer Maribel, el pilar de su vida junto a sus mellizos Luis y Mar. Confeso seguidor colchonero y admirador de Luis Aragonés y Rafa Benítez -el primero que llegó a la élite sin ser un jugador famoso- su pluma táctica ha escrito las mejores páginas en la historia de la SAD balear.

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⇒ Con LGP a los mandos, el Mallorca ha superado el récord de puntos del club, rebasando los 71 por primera vez en su historia; encadenó 18 partidos oficiales consecutivos sin perder y a domicilio enganchó 15 encuentros sin doblar la rodilla. Los triunfos en Girona, Leganés, Almería o Vallecas ante rivales directos en la lucha por el ascenso, significaron un puñetazo encima de la mesa y la mejor forma de reivindicar una plaza entre los sillones más cómodos de la categoría.

⇒ Al margen de números y datos, una de las habilidades de LGP ha sido aprovechar una parte del legado de Moreno, sacar más jugo a futbolistas desaprovechados en la anterior etapa y cohesionar al grupo. A pesar de alcanzar el éxito por la puerta grande, el curso comenzó con sobresaltos. La ‘rebeldía’ de Stoichkov y Budimir fue manejada de forma natural por el técnico. «Yo quiero contar con jugadores que quieran estar aquí; los que no quieran, mejor que se vayan...». Dicho y hecho. No se mordió la lengua y ambos futbolistas cerraron la puerta del vestuario una vez iniciada la temporada.

⇒ El preparador madrileño arrancó con un zarpazo inesperado (derrota en casa ante el Rayo) pero el empate en el feudo del Espanyol de Moreno a la semana siguiente serenó los ánimos. El equipo fue escalando posiciones hasta asaltar la segunda plaza en la undécima jornada y no bajarse del ascenso directo. Las victorias se la caían de los bolsillos a un equipo en el que todos contribuían. LGP adoptó la política de las rotaciones en la fase más maratoniana del campeonato y la mayoría de los futbolistas gozaron de oportunidades y minutos. Incluido Luka Romero, que marcó su primer gol como bermellón con apenas 16 años y al que Luis García Plaza también le dedicó alguna perla. «Creo que le pusimos en el escaparate demasiado pronto. Yo le he dicho que lo mejor para su carrera es que se quede, pero ya decidirá él...». Con lágrimas en los ojos tras una semana dura por un tema familiar, Luis García se emocionó en el regreso del público a Son Moix. «Son cojonudos», soltó con espontaneidad. Como es él. Un tipo sencillo que se ha ganado a la hinchada y ya forma parte del libro de oro del club.