Imagen de las gradas de Son Moix durante un partido del Real Mallorca la pasada campaña. | Miquel Àngel Borràs

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Volverán a ondear las banderas y las palmas volverán a sonar; en el norte un grito no cesa, Força Real Club Deportivo Mallorca... 441 días después, las banderas volverán a ondear en el estadio de Son Moix por los 4.086 privilegiados que asistirán esta noche al duelo ante el Alcorcón que no tendrá el premio del ascenso (el Almería sumó este sábado ante el Albacete y aplazó cualquier festejo) pero sí la felicidad del reencuentro más deseado tras aquel 1 de marzo de 2020, cuando dobló la rodilla ante el Getafe. La pandemia del coronavirus echó el cerrojo al Estadi, que hoy activará de nuevo los tornos para acoger a los afortunados tras el sorteo ante notario. Luis García Plaza no ocultó su ilusión por conocer a los aficionados del Mallorca. Porque el técnico madrileño, que está rubricando la mejor temporada en la historia del club balear –ha rebasado los 71 puntos por primera vez– reconoció que se emocionará al escuchar por primera vez el ruido y el calor de la hinchada mallorquinista en Son Moix.

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El empate del Almería aplazó los festejos, pero deja al conjunto de LGP a un paso del ascenso. De hecho, si gana hoy al Alcorcón, se quedaría a solo un punto de subir a Primera. Le bastaría con lograrlo el miércoles en Tenerife... o que el conjunto andaluz no lograra la victoria el martes en Cartagena. En ese caso, celebraría el ascenso desde el salón del hotel. Lo nunca visto...