El guardameta Manolo Reina, en una imagen captada en Son Bibiloni durante un entrenamiento. | Jaume Morey

TW
3

La regularidad y las victorias han llevado al Mallorca al liderato de la categoría y a ser uno de los equipos más eficaces y fiables de Segunda. A partir de ahí el grupo ha ido dando solidez a la idea que Luis García tiene en la pizarra y la ha trasladado al campo.

La máxima para conseguir objetivos importantes es dejar la portería a cero, un deseo común, pero muy difícil de poder llevar a cabo. Cuando más ha sufrido el equipo este curso ha sido al no poder echar el cerrojo a su meta, pero en el momento en que Reina empieza a volar y a convetirse en un muro, el Mallorca despega. Así de claro. Y el malagueño está otra vez en una punta de confianza enorme. La consolidación del liderato en esta última fase de la temporada se entiende gracias a las actuaciones del portero, que ha vuelto a echar el cerrojo y de los últimos cinco partidos, en cuatro de ellos, ha conseguido mantener su meta a cero. Un hecho que no hay que convertir en normal pese a los 18 partidos en los que el conjunto bermellón ha mantenido su portería a cero.

Reina desde que llegó de la mano de Vicente Moreno en Segunda División B ha sido un portero fiable. El año del descenso de Primera a Segunda fue un conjunto de pésimas decisiones deportivas lo que llevó al grupo a estar muy debilitado, pero en muchos de los encuentros, pese a perder, Reina era el mejor. Ahora, de nuevo en Segunda, el guardameta vuelve a exhibir un talento y un oficio descomunal.

Sería injusto restar mérito al trabajo defensivo de todo el grupo, en especial al de Valjent y Raíllo, pero lo cierto es que en acciones puntuales el guardameta siempre saca una mano milagrosa a tiempo para sostener al equipo. Sin ir más lejos, el gol de Antonio Sánchez en Logroño arrancó desde la zona del arquero malagueño. La seguridad atrás es fundamental para seguir atrapando victorias y puntos que sigan acercando el ascenso.