Antonio Raíllo y Joan Sastre, futbolistas del Real Mallorca.

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Al Real Mallorca se le viene encima un encuentro de los gordos. Una cita de las que sobresalen en la parrilla del fin de semana por la propia trayectoria del anfitrión (es segundo, tras once jornadas sin perder) por la entidad del rival de turno (el Sporting, tercero en la tabla a dos puntos de los baleares) y por los efectos que puede tener sobre una clasificación a la que se le empiezan a intuir las primeras grietas. Un enfrentamiento que además será redondo para dos de las columnas del entramado defensivo de Luis García Plaza, Joan Sastre y Antonio Raíllo, que si juegan contra el cuadro asturiano alcanzarán los 100 y 150 partidos, respectivamente, con la camiseta del conjunto bermellón.

Para Joan Sastre Vanrell (Porreres, 1997), llegar al centenar de encuentros con el primer equipo del Mallorca supone, por encima de todo, un premio al trabajo y la constancia. El primero de la lista lo anotó hace más de un lustro, en septiembre de 2015, gracias a la confianza del entonces técnico rojinegro, Albert Ferrer, que lo llamó a filas para un choque contra el Huesca de Copa de Rey con la idea de taponar la fuga que padecía en el lateral izquierdo. No fue el bautismo soñado -el Mallorca perdió (0-2) y cayó eliminado-, pero dejó su tarjeta completando los noventa minutos y presentándose en el estadio que ahora es su casa.

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Sastre se empadronó en la primera plantilla durante el verano de 2017, cuando el Mallorca bajó a Segunda B y Vicente Moreno atravesó la puerta del vestuario. Una vez dentro y arraigado a su posición natural, el porrerenc no falló. Titular en 35 partidos, fue el tercer futbolista que más utilizó el entrenador valenciano (tras Reina y Xisco Campos) y de su desparpajo en ataque salieron tres goles, ninguno de relleno. Su puntería generó, directamente, cinco puntos. Con uno de ellos se desactivó al Ontinyent (1-0) y con los otros dos, ambos al filo del cierre, se salvaron dos empates frente a Badalona y Formentera. A partir de ahí, el mallorquín casi siempre ha tenido un sitio en el perfil derecho de la defensa, un refugio que desde enero de 2018 comparte con Fran Gámez. A los datos del expediente del año de su debut ha sumado otros cuarenta partidos en Segunda División A, 19 en Primera y un total de cinco en la Copa del Rey, un torneo que seguro que le evoca buenos recuerdos aunque en él solo ha podido levantar una vez los brazos a modo de triunfo.

Antonio José Raíllo Arenas (Córdoba, 1991) puso el primer ladrillo como jugador del Mallorca en agosto de 2016, tras cerrar una cesión a la Ponferradina y poner fin a su relación con el Espanyol. Al igual que Sastre, debutó en Son Moix con una derrota, en este caso contra el Reus y con Fernando Vázquez en el banquillo (0-1). Era solo el prólogo de una temporada ruinosa que acabó arrastrando al equipo hacia la Segunda B y que se llevó por delante a toda la plantilla a excepción de cuatro futbolistas entre los que se encontraba el central andaluz. Después de aquel mal trago, Raíllo empezó a interpretar un papel protagonista. Ha intervenido más que nadie en la montaña rusa de las últimas temporadas y ha acabado ciñéndose el brazalete de capitán. Vestido de rojo ha jugado ya 32 partidos en Primera, 79 en Segunda, 35 en Segunda B y otros tres en Copa del Rey. Además, puede presumir de haber marcado goles con el Mallorca en tres categorías distintas (siete en global) y, como Sastre, de formar parte de una defensa para el recuerdo: la que menos goles ha recibido en toda la historia de Segunda División tras doce jornadas de rodaje.