Dani Rodríguez, centrocampista del Mallorca, entre dos futbolistas del Real Zaragoza. | Carlos Gil-Roig

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El Real Mallorca se cruza este domingo ante la Ponferradina (18:15 horas, Son Moix, Movistar TV) en un encuentro más donde los puntos son imprescindibles para seguir metiendo presión a Espanyol y Sporting y no dejarse pisar terreno por sus perseguidores. Porque así es la Segunda División y concretamente así es la carrera por el ascenso. Un maratón que no entiende de tropiezos y malos momentos y donde solo vale ganar y volver a ganar.

El cuadro de García Plaza llega al partido con el convencimiento que da saber que con el mono de trabajo puesto no hay rival que se le resista. Sabe a lo que juega y si bien es cierto que es muy difícil encontrar la perfección en el fútbol, el once de LGP hace muchas cosas bien durante muchos minutos. Precisamente de eso se trata, de tener un nivel alto durante muchos tiempo y en este aspecto el equipo responde, tiene credibilidad sobre el césped y sobre todo, cuando los partidos se suelen atascar, con un par de fogonazos tiene opciones de desatascarlos. En Zaragoza faltó la definición, pero se dieron ese par de arreones que por momentos deberían haber cerrado el partido. No fue así. No todo es perfecto. El Mallorca ha ganado en capacidad de generar fútbol, tiene ahora más llegada que cuando arrancó la temporada, pero sigue faltando que la luz esté más encendida en el área rival. Por ahora da para estar arriba, pero para el empujón final seguramente habrá que tener más acierto y en esas insiste y persiste en cada entrenamiento en Son Bibiloni. Hoy frente a la Ponferradina no estarán ni Baba ni Murilo, ambos con molestias, pero el resto están a disposición de su entrenador. Y eso es una buena noticia porque el técnico tiene ahora mucho de donde elegir, aunque es cierto que hay futbolistas que atraviesan por un momento muy dulce de juego, de presencia en el campo, de acierto y de motivación. Futbolistas como Sastre, Raíllo, Valjent, Cufré, Oliván, Dani Rodríguez, Ruiz de Galarreta y Mboula ofrecen un plus en estos momentos sin olvidar a Cardona.

Son muchos jugadores que han aportado en estas nueve jornadas consecutivas que el equipo lleva sin perder. Se dice pronto. Resultados de estas características solo se consiguen cuando el equipo es sólido, está concentrado y por encima de todo cree en el trabajo que hace.

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Tras la salida en falso que significó el encuentro ante el Rayo, el equipo despertó, entró en la rampa de lanzamiento y tomó el vuelo hacia la cima de la tabla, lugar que ocupa ahora y cuyo deseo es seguir manteniendo. Volverá a introducir cambios en el once el técnico madrileño, pero las rotaciones por el momento están dando resultado y ya no se miran como un factor que genere desconfianza.

Las opciones que dan Oliván y Cufré por la zurda, la de Lago que va alternando de banda y es un doble recurso; Amath y Mboula o Cardona y Alegría delante son algunos de los cambios que puede introducir el técnico para ir dando minutos a todos y que el vestuario al completo esté implicado y se sienta protagonista de una temporada que ha arrancado a pedir de boca. Frente al conjunto rojillo estará hoy la Ponferradina. El equipo berciano llega tras sumar su tercer triunfo como visitante de la temporada el jueves en Alcorcón, en partido aplazado en su momento, con lo que ponía fin a una racha de tres derrotas consecutivas.

Para la cita de este domingo, el técnico Jon Pérez Bolo cuenta con la baja conocida de Moussa Sidibé por coronavirus, a la que se añade la del extremo Pablo Valcarce, su máximo goleador hasta ahora con tres dianas, con la denominada «cláusula del miedo» ya que, al pertenecer al Mallorca la Deportiva tendría que hacer frente para que pudiera jugar a una alta cantidad. Por contra, Bolo podría recuperar para este compromiso a una pieza vital como el centrocampista Oscar Sielva. Se presumen más cambios como por ejemplo la entrada de Saúl Crespo, Doncel, Curro o incluso Yuri. El calendario requiere de rotaciones forzosas.