Marc Cardona celebra el gol anotado en Alcorcón. | Carlos Gil-Roig

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El Mallorca vuelve este jueves a la Liga cuando no se han cumplido ni tres días del último encuentro ante el Alcorcón. Este jueves se cita con el Málaga (Son Moix, 19:00 horas, Movistar TV) en un encuentro que debe servir para seguir escalando en la clasificación y dando mayor solidez a su condición de candidato a luchar por el ascenso. Son afirmaciones que cuando se llevan solo ocho jornadas pueden ser precipitadas, pero lo cierto es que en estos momentos el equipo de García Plaza ha tomado una velocidad de crucero que ya querrían muchos equipos.

El debate de la falta de gol se alimenta o se olvida dependiendo de si se marca o no porque desde Alcorcón a hoy no se ha hablado apenas de esa carencia real que sufre el equipo tras la marcha de Budimir.

Pero esa misma carencia la está tratando de resolver el entrenador dando protagonismo a todos los futbolistas y con tanta gente enchufada uno u otro suele resolver los problemas que se venían generando cuando el equipo llegaba al área rival. El de hoy será el segundo partido de la semana que empezó el lunes, continúa con el choque de esta noche ante el Málaga y prosigue el domingo en La Romareda.

Una sinrazón absoluta que ha obligado a García Plaza a tirar de banquillo antes incluso de lo que tenía previsto. Y esto es muy positivo porque el entrenador ha conseguido que casi el cien por cien de los futbolistas de su plantilla se sientan protagonistas. Ya lo indicó el pasado lunes por la noche cuando recordó que nadie se acordaba precisamente de un hombre como Baba. Y es que Galarreta dio su mejor versión, como también la dio Febas o Antonio Sánchez y también Lago y Oliván. Por poner algunos nombres. El técnico madrileño está aprovechando lo mejor que dejó el trabajo previo de Vicente Moreno y además está implantando su filosofía y repartiendo minutos. Es decir, está mejorando lo anterior en todos los sentidos. Hoy volverá a hacerlo y los cambios seguirán siendo protagonistas sobre el campo.

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Por ahora esto sale bien, pero no quiere decir que siempre salga la cara de la moneda. Otras veces asomará la cruz, pero el fútbol es correr riesgos para lograr los objetivos. Las rotaciones no son una ciencia exacta y un equipo precisa también de cierta estabilidad en lo que Luis Aragonés llamaba los pasillos de seguridad y que arrancaban en la portería, pasaban por el eje de la zaga y seguían en la zona central.

Pero el calendario obliga a hacer cambios de planes sobre la marcha, a improvisar antes de cuenta y en fútbol adaptarse a las circunstancias es fundamental y el entrenador lo ha hecho y muy bien. Del partido ante el Alcorcón llamó especialmente la atención la actuación enorme que disputaron De Galarreta y Antonio Sánchez, una gran función, pero también un desgaste enorme del que su entrenador espera que se puedan recuperar.

Porque si bien el partido más importante de todos es el siguiente y por lo tanto el de este jueves, no es menos cierto que el domingo hay otro compromiso y eso requiere de pensar bien los movimientos que se deben hacer. Un triunfo mantendría al Mallorca en la cima de la tabla y si bien ya ha dado un mensaje contundente, tres puntos más permitirían dar un paso de gigante en una Liga donde cada punto y cada victoria cuenta y más ahora cuando de lo que se trata es de consolidarse en la zona avanzada de la tabla.

Por su parte el técnico del Málaga, Sergio Pellicer, tendrá las bajas por lesión del defensa Ismael Casas y los centrocampistas Joaquín Muñoz y el marroquí Hicham Boussufiane. Las cuatro victorias y los dos empates los han logrado los malaguistas con seis goles a favor a los que ha sacado la máxima rentabilidad pese a ser uno de los equipos que menos tantos consigue de la categoría junto con su rival, que también ha anotado la misma cifra.

El encuentro para los mallorquinistas supone, de conseguir el triunfo, dar un nuevo salto de calidad en un arranque de temporada dulce. El test de hoy ante el Málaga es de altura.