Dani Rodríguez intenta despejar el balón ante Comesaña, futbolista del Rayo, durante el primer partido del campeonato en Son Moix. | M.A.BORRÀS

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De vuelta a la intimidad de Son Moix, el Real Mallorca quiere empezar a marcar el territorio. El equipo de Luis García Plaza, que todavía no ha celebrado ningún gol en las dos jornadas anteriores pero que aprovechó el paso por Cornellà para renovar su autoestima, se ha propuesto salir del cascarón y redactar, con el Sabadell como auditor, la primera gran alegría de la temporada. Sin bajas que le condicionen y con el puzzle del vestuario completándose pieza a pieza, el cuadro insular necesita pasar de nivel a costa de un recién ascendido con actitud amenazante (Visit Mallorca Estadi, Movistar LaLiga, 16.00 horas).

Tras un traumático cambio de guardia, el Mallorca va recuperando la luz mientras se adapta a ese nuevo sello que le imprimen desde el banquillo. El gatillazo del estreno, doloroso como pocos, tampoco fue a más en la función posterior y quedó amortiguado en la guarida del Espanyol, donde la última versión del bloque rojillo reforzó las paredes de la defensa y le mantuvo la mirada al gran monstruo de la liga. Ahora, superada la franja más de dura de la transición, con menos peso a la espalda y el camino un poco más despejado, llega el momento de tomar posiciones.

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Luis García Plaza vuelve a tener un amplio catálogo entre las manos y nuevas opciones a las que agarrarse. Entre ellas la del brasileño Murilo da Souza, preparado para repartir sus primeras tarjetas de presentación después de ser inscrito esta semana ante LaLiga. El futbolista cedido por el Sporting de Braga ensanchará el tapete para el técnico mallorquinista, que ya probó a hacerlo mediante Jordi Mboula en los postres del duelo ante el Espanyol. El catalán, con más horas de trabajo en las piernas, podría ser precisamente una de las grandes novedades del equipo. Su presencia en una de las orillas permitiría ubicar a Dani Rodríguez en torno a la sala de máquinas, junto a Baba y Sevilla, para ganar en control y profundidad. El gran interrogante, en cambio, vuelve a posarse sobre el frente de ataque. Con Budimir apartado, el técnico tendrá que elegir entre Álex Alegría y Abdón, que hasta ahora se han repartido las titularidades. Nada que ver con la defensa, que parece bien definida. Tanto Raíllo como Valjent han vuelto a la oficina a un gran nivel y mientras Cufré se calza las botas Brian Oliván seguirá ejerciendo como lateral por el flanco izquierdo.

El Sabadell, que regresaba hace justo dos meses a la pasarela del fútbol profesional, quiere llevarse al bolsillo los primeros puntos de la campaña en un escenario poco favorable y pese a las bajas de Pedro Capó, Aleix Coch, Edgar Hernández y Ángel Martínez.