Los jugadores del Real Mallorca atienden a las instrucciones de Vicente Moreno sobre el césped de Son Bibiloni. | RCD Mallorca

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Sin nada en juego y con la sensación de que en Pamplona se acabará algo más que una temporada, como será la exitosa era de Vicente Moreno que arrancó en Segunda B hace ahora tres años, el Real Mallorca baja la persiana del curso con el descenso marcado a fuego en el rostro de unos futbolistas que el pasado jueves vieron cómo se escapaba por el desagüe la Primera División. Será un duelo sin ningún atractivo clasificatorio, aunque el grupo balear querrá despedirse con un buen sabor de boca después de la debacle ante el Granada.

Los focos de la noche iluminarán la figura de Vicente Moreno. El entrenador valenciano, que ha sido la única voz de la entidad tras el descenso aunque este sábado no realizó la habitual rueda de prensa previa a cada encuentro, comunicó la semana pasada su intención de no continuar al frente del club la próxima temporada -tiene contrato hasta el 30 de junio de 2022- y todo indica que su destino será el Espanyol. El club blanquiazul, que ha descendido a Segunda después de casi tres décadas, está dispuesto a pagar la cláusula de rescisión del entrenador, que asciende a un millón de euros, y además quiere darle pleno poder para poder confeccionar un equipo ganador.

A Moreno se le puede unir previsiblemente Javi Recio, cuyo futuro también puede estar ligado al club blanquiazul.

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Moreno, como era previsible, no se pronunció al respecto de su futuro al término del partido frente al Granada y se limitó a echar balones fuera... como era previsible. «Nadie es capaz de asegurar nada y siempre contesto con la misma pregunta, no sé si vosotros sois capaces de asegurarme que mañana vais a estar trabajando en el mismo lugar. Yo estoy en la misma tesitura que cualquier otra persona y no hay mucho más que decir. Tengo contrato con el Mallorca y si hay que hablar de cualquier cosa se hablará cuando termine la temporada, esta es mi forma de proceder desde el primer año que llegué», declaró el técnico valenciano.

El entrenador no removió en exceso el vestuario y citó para Pamplona a la base del equipo que ha disputado toda la temporada. Los sancionados Sedlar y Cucho, además del lesionado Antonio Raíllo y de los laterales Joan Sastre y Fran Gámez se quedaron en Palma.

Es probable que Moreno dé minutos algunos de los futbolistas menos habituales durante el campeonato, caso de Salibur, Trajkovski o Abdón Prats. También podría darle la alternativa en Primera a Miki Parera en detrimento de un Manolo Reina que ha disputado todos los partidos menos uno y que ha realizado un buen final de temporada. El Mallorca intentará endulzar su pésima estadística a domicilio, donde solo ha conseguido puntuar en tres partidos (dos empates y una victoria) y que ha sido una de las claves del descenso de categoría. Los empates en Vigo y Sevilla ante el Betis y el triunfo amarrado en Eibar justo antes del parón por el confinamiento, suponen un oasis en medio de un desierto repleto de derrotas. De hecho, el conjunto bermellón ha batido su récord negativo al perder nada menos que 23 encuentros perdidos a lo largo del torneo doméstico.

Osasuna, por su parte, quiere poner el broche de oro a un torneo extraordinario, después de lograr el triunfo en la anterior jornada en el Camp Nou.