Valjent y Antonio Raíllo, en primer plano, saludando a la afición del Mallorca. Los dos son los líderes en el eje de la defensa mallorquinista.

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La Liga llega a su penúltimo capítulo en Son Moix con la disputa del Mallorca-Granada (21:00 horas) un encuentro de esos que transita entre la esperanza por agarrarse al hilo de vida que le resta al equipo balear por lograr la salvación y el miedo a un descenso que puede certificarse en la jornada de hoy. La Segunda es la Meca para los equipos que suben de la categoría de bronce, pero es un paso dramático si se llega a la categoría de plata tras un descenso. Se acostumbra uno fácil a lo bueno y volver ahora a la segunda categoría del fútbol español, por muchos históricos que habiten en ella, se hace muy difícil de asimilar. Necesita el Mallorca ganar y esperar el tropiezo de Celta y Alavés para poder llegar a la última jornada con mínimas esperanzas de salvación.

La carambola mágica puede producirse, pero también es cierto que es muy complicado porque solo hay seis puntos en juego y no puede perderse ninguno además de fallar los rivales. Pero mientras hay vida hay esperanza y tras una temporada convulsa llega el momento de agarrarse a la posibilidad del milagro como principal motivo para no bajar la cabeza.

El partido llega además en una semana movida por todo lo que ha sucedido estas últimas horas con el entrenador del Mallorca y su deseo de finiquitar su relación laboral con el club balear de cara a la próxima temporada. Resulta evidente que hay marejada en el seno de la entidad de Camí dels Reis y ni la marcha de Maheta Molango ni la reconstrucción del departamento deportivo han conseguido minimizar la guerra fría existente y aparentemente imposible de dar por cerrada. Con este caldo de cultivo asoma el partido de esta noche a cara o cruz porque de no sacarlo adelante no habrá oportunidad en la última jornada.

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Incluso ganando puede que ese último partido en Pamplona sea ya cara la galería. Pero cuando todo está en contra es más probable que se den pasos hacia adelante que hacia atrás y a eso se agarran en el equipo. Moreno, que ha tenido que torear lo indecible durante estos años y más esta semana, cuenta con todos incluido Lumor, pero no con Gámez, sancionado. Lo del lateral izquierdo en la época reciente ha ido una lacra, o hay en exceso o faltan. Sedlar se perfila como la alternativa si no se quiere forzar a Lumor.

Por lo demás el resto de la armada de Vicente estará sobre el campo porque el partido simplemente no puede escaparse. Hay que ganar, esperar, rezar y si hasta suplicar. No queda otra. Enfrente, el Granada saltará en busca de una victoria que le permita conservar hasta la última jornada, en la que recibe al Athletic Club, la posibilidad de alcanzar plaza europea para la próxima campaña. Para que esto sea posible, los granadinos tendrán que ganar y esperar además que les acompañen los resultados de otros partidos de la jornada. El equipo dirigido por Diego Martínez encara al encuentro en el mejor momento de su historia como visitante en la máxima categoría, ya que ha sido capaz de sumar tres empates y tres victorias en sus seis últimos desplazamientos.

Los andaluces afrontan el duelo muy mermados por las lesiones y con numerosas bajas. A las ausencias ya conocidas por lesión de Álex Martínez, Joaquín Marín ‘Quini’, el francés Maxime Gonalons, el colombiano Neyder Lozano, Jesús Vallejo y Álvaro Vadillo, se une la del francés Dimitri Foulquier, lesionado también contra el Real Madrid. Están tocados además José Antonio Martínez, Roberto Soldado y Darwin Machís.

El partido lo tiene todo para ser uno de los encuentros de la jornada en Primera. El Mallorca se aferra a una de las últimas balas para mantener el pulso en la lucha por la permanencia. Hay vida y hay esperanza. Decide el verde y deciden los futbolistas en un partido que puede ser definitivo o no, todo depende de los caprichos del fútbol.