El Real Mallorca mantiene una puerta abierta a la esperanza en el esprint final del campeonato con el objetivo puesto en doblegar al Levante. | C. GIL

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La carrera por la salvación está muy cuesta arriba, pero el Real Mallorca se aferra al espíritu de 2005 para alimentar la fe en la permanencia cuando encara las últimas curvas. Hace 15 años el conjunto bermellón salió airoso de una situación crítica que se asemeja al escenario actual y en muchos aspectos el esprint final del campeonato está dejando un aroma de déjà vu en el entorno.

El Mallorca de la temporada 2004-05 protagonizó una de las mayores remontadas que se recuerda. Héctor Cúper había apelado al aire de la bolsa que hay entre las piernas para apurar las opciones en la travesía hacia una orilla que llegó a estar a 10 puntos en la jornada 32. La reacción isleña colocó al equipo a cuatro puntos de la frontera de la salvación a falta de cuatro jornadas. Dos victorias (Athletic Club de Bilbao y Deportivo) y dos empates (Osasuna y Betis) le mantuvieron a flote ante el desplome del Levante.

Aquel Mallorca tenía 31 puntos tras la jornada 34, dos más de los que figuran en el casillero de la temporada 2019-20 a las mismas alturas del curso. Eso sí, su desventaja respecto a sus rivales ahora es de seis puntos.

Celta, Eibar y Alavés están en el horizonte con un colchón aún considerable, aunque la dinámica de los babazorros les ha convertido en el particular Levante del Mallorca que apela al espíritu de 2005. «Todavía les sacamos cuatro puntos y el gol average. Lo siento por mi amigo Mateu Alemany, pero el Mallorca ya es equipo de Segunda División», dijo el presidente del Levante, Pedro Villarroel tras presentar a José Luis Oltra como técnico granota para las últimas cuatro jornadas de la liga.

Paralelismo

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Desde Vitoria no se han producido declaraciones similares en la puesta de largo de Juan Ramón López Muñiz, que tratará de activar el cambio de dinámica que han buscado desde los despachos de Mendizorroza al destituir a Asier Garitano. El calendario no es precisamente asequible para los intereses del conjunto vasco, que retomó el torneo con un triunfo pero ha enlazado cinco derrotas consecutivas. No en vano los blanquiazules visitarán al líder, el Real Madrid, en la próxima jornada mientras el Mallorca recibirá el jueves a un Levante sin mayores aspiraciones.

En cualquier caso, todo se reduce a ganar. De poco o nada sirven las cábalas si el Mallorca no saca adelante su compromiso ante la escuadra granota. El mensaje que resuena en la caseta de Vicent Moreno es seguir estrechando el cerco para llegar a tener la salvación a tiro en algún partido. Tanto Celta como Eibar tienen sobre el papel una agenda más ‘amable’ hasta final de curso, por lo que buena parte de las aspiraciones pasan por la deriva del Alavés, que tiene otra bala en la recámara en forma de gol average favorable con los bermellones.

La calculadora y los precedentes permiten que el mallorquinismo mantenga la fe invocando al espíritu de 2005, cuando la salvación estuvo en 39 puntos. Quizás no hagan falta tantos. O sí. Al Mallorca no le queda otra que ganar el jueves y recordar que la historia, a veces, se repite.

El club define su cantera

El Mallorca hizo oficial su estructura para el fútbol base de cara a la próxima temporada. Confirmada la continuidad de Sergio Vallecillo como máximo responsable de las categorías inferiores, Joan Alcaraz se erige en nuevo director de metodología al llegada procedente del Club Guayaquil City y haber trabajado en el Villarreal, mientras que Miquel Toni Gelabert asume la coordinación y Carlos Paniza comandará la captación. El comunicado del club resalta la continuidad de Julián Robles al frente del filial.