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Criticado por unos y elogiado por otros, el Getafe que pisará esta tarde Son Moix no deja indiferente a nadie. Mientras Quique Setién critica sus «pérdidas de tiempo», Vicente Moreno alaba su «capacidad para competir» y sitúa a José Bordalás a la altura de Guardiola, Klopp o Simeone por el rendimiento que está ofreciendo. Y es que el técnico alicantino, criado en el barro de la Regional valenciana, ha situado en la élite continental -se medirá al Inter en los octavos de final de la Europa League- a un equipo que cogió en posiciones de descenso a Segunda B, que compartía con el Mallorca, en el arranque de la temporada 2016-17. Unos meses después visitó Son Moix con el ascenso en el bolsillo y como testigo de excepción de la caída al foso de la categoría de bronce del grupo bermellón, descendido la semana previa en Miranda.

El conjunto madrileño irrumpe en Son Moix como el equipo de moda y con dos bajas notables. Sin Nyom -un pulmón en la banda derecha- ni Cucurella -líder en pases y asistencias del equipo- por la izquierda, Bordalás pierde a sus dos bandas favoritas. Para taponar esa hemorragia por las orillas apostará por el nigeriano Etebo y el brasileño Robert Kenedy, aunque Jason tiene opciones de suplir al primero por la derecha.

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La zaga también es uno de los puntales del equipo. El uruguayo Damián Suárez es uno de esos tipos pegajosos que desquician al rival y que suponen una bendición para el compañero. En el lateral izquierdo su compatriota Matthias Olivera, mientras que en el eje se ubican Djené y Etxeita, que ha pasado del ostracismo a la titularidad tras la marcha de Leandro Cabrera al Espanyol.

En la sala de máquinas la pareja habitual para el técnico alicantino es la formada por el uruguayo Mauro Arambarri y el serbio Nemanja Maksimovic, dos tipos capaces de destruir y generar a partes iguales y que sostienen el bloque.

El ataque es un lujo con Ángel (10 goles), Jorge Molina (5), Mata (8) y el recién llegado Deyverson.