Antonio Raíllo, jugador del Mallorca, celebrando un gol. | LaLiga

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Sin Maheta Molango merodeando por los pasillos de Son Moix, la situación de Antonio Raíllo Arenas (Córdoba, 1991) en el club balear ha cambiado radicalmente. Hace una semana, el central andaluz roció de pesimismo su renovación con el Real Mallorca. De hecho, la sensación es que tenía los dos pies fuera de la entidad. «Se valora más a los de fuera que a los que llevamos tiempo aquí, desde abajo, y no comparto esa opinión. Por eso no renuevo...», soltó Raíllo en los micrófonos de Onda Cero Mallorca.

Pero la destitución del consejero delegado el pasado martes, el principal obstáculo que estaba bloqueando la situación, ha despejado por completo el panorama. Raíllo vuelve a estar otra vez cerca del Mallorca y ya se ha activado la maquinaria para ampliar el contrato del defensa, que finaliza el 30 de junio de 2021. De hecho, ambas partes tienen previsto reunirse en las próximas semanas para sellar la continuidad del futbolista cordobés.

Enquistada

La renovación del central, cuya última revisión se produjo en el verano de 2017 -justo después del descenso a la categoría de bronce- estaba enquistada desde hacía meses. Raíllo no aceptaba las condiciones que Molango había puesto sobre la mesa y que suponían una reducción económica drástica en el caso de perder la categoría.

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La coyuntura deportiva de la entidad, dependiendo de en qué categoría militará la próxima temporada, marca las negociaciones. Pero en el caso de Raíllo, el futbolista no estaba de acuerdo en que se valoraran más a los recién llegados que a los futbolistas más antiguos. Y tampoco entendía que fuera uno de los pocos supervivientes de Segunda B sin prolongar su vinculación con la entidad. Cabe recordar que el club balear extendió su relación con Lago Junior, Reina, Salva Sevilla o Joan Sastre el pasado verano.

Raíllo, al que precisamente firmó el Mallorca bajó el mando de Maheta Molango en el verano de 2016 -apenas seis meses después de aterrizar en la Isla la Administración Sarver- ha encontrado en Palma la estabilidad deportiva y familiar y pretende continuar en Son Moix más allá de la fecha que marca su contrato actual. Siempre ha sido ese su deseo, aunque las primeras conversaciones con el ya exconsejero delegado comenzaron a teñir de negro su futuro. Las declaraciones de la pasada semana desvelaron un secreto a voces. Las malas relaciones entre Molango y Raíllo, uno de los pesos pesados del vestuario, eran evidentes y no había vuelta atrás.

Pero ahora, sin el abogado suizo ya en Son Moix, la situación se ha dado la vuelta. Raíllo mantiene una buena relación con el director deportivo Javier Recio, que sigue en la entidad balear, y la marcha de Molango parece que allanará el futuro del central hasta el punto de estampar su firma de renovación previsiblemente antes de que finalice la presente temporada.

Antonio Raíllo, que durante el mercado de invierno de la pasada temporada fue tentado por el fútbol inglés, ha sido fundamental para el equipo bermellón durante las últimas campañas. Es una pieza insustituible en el engranaje de Vicente Moreno, que siempre ha elogiado la profesionalidad y el carácter ganador de un futbolista fundamental en la convivencia del grupo. Una vez que se resuelva el futuro del defensa cordobés, al que se le aumentará de forma notable la cláusula de rescisión -actualmente es de 8 millones de euros- para equipararla con las de Iddrisu Baba o Ante Budimir -en torno a los 40 millones-, el siguiente que podría pasar por el despacho de la dirección deportiva sería Dani Rodríguez.

El centrocampista gallego está firmando una temporada notable en su debut en Primera División y también se ha convertido en un jugador básico dentro del esquema del técnico masanasero. También acaba contrato en el verano de 2021 y el club quiere atar cuanto antes su futuro, consciente de que es una pieza cotizada.