TW
0

Se equivocaron los que dieron por muerto al Mallorca tras el naufragio de Cornellà. Son Moix volvió a revitalizar a la escuadra balear, que sacó adelante un partido crucial que iba a marcar a fuego el destino del grupo de Moreno. El duelo apareció casi de puntillas, eclipsado por el aclamado despido exprés de Maheta Molango y las críticas de Antonio Raíllo por su situación contractual... No era el mejor envoltorio para una cita capital, pero sobre el césped y con el Deportivo Alavés en el otro lado, el Mallorca sacó a relucir su capacidad de resistencia en una función que le exigió un poco de todo.

Noticias relacionadas

Plano durante el primer acto, en el que Salva Sevilla marró una pena máxima, fue necesaria la irrupción del mejor Take Kubo para alterar el pulso de un partido de digestión lenta. Antes de que el balón rodara, Vicente Moreno había lanzado varios titulares: Lago Junior se quedaba en el banquillo; Joan Sastre y Fran Gámez fuera de la convoctoria y Álex Pozo repetía en el lateral derecho.

Bien organizado, el Alavés no tuvo excesivos problemas para controlar al cuadro bermellón durante un buen tramo del partido, hasta que Kubo adquirió protagonismo. Con el japonés en danza, el Mallorca adquirió más profundidad y multiplicó su insistencia. El gol del Cucho avivó definitivamente a su equipo, que siempre quiso más que su adversario.