El centrocampista del Mallorca Salva Sevilla (dorsal 8), celebra su gol contra el Celta de Vigo, durante el partido de la jornada anterior en el estadio de Balaídos. | Salvador Sas

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El Real Mallorca quiere cambiar de año lo más lejos posible del fuego. Aún con las brasas de la clasificación bajo los pies, el equipo de Vicente Moreno arrancará poco después del mediodía de este sábado la último hoja del calendario con un único propósito: pasar las Navidades fuera de esa jaula del descenso que ya esquivó en Balaídos. Después de una semana sin mucho fútbol pero de gran rentabilidad en la que ha cubierto sus dos objetivos más cercanos, el cuadro balear abrochará un año mágico con las defensas justas y abriéndole las puertas de su casa al Sevilla FC. O lo que es lo mismo, al equipo más productivo a domicilio de toda la Primera División (Son Moix, Movistar LaLiga, 13.00 horas).

A trompicones, el Mallorca ha dejado atrás una semana rellena de compromisos ineludibles. Con el fútbol justo y sin apenas brillo, pero con un signo verde en ambas direcciones. Cercenó su negra serie de resultados fuera de Palma con un empate en Vigo que mantenía a raya al Celta (1-1) y ajustició al modesto El Álamo en la primera etapa de su travesía por la Copa del Rey gracias a un gol de Álex Alegría cuando el reloj se detenía. Dos ladrillos más sobre la pared que protege del viento y el frío a un equipo que este sábado, en plena batalla por la supervivencia, puede asegurarse un dulce parón navideño y un desahogado inicio de 2020.

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A pesar de esa buena dinámica que toca la puerta del vestuario, el Mallorca afronta una misión de complejidad alta. Con el paso de las jornadas el grupo de Vicente Moreno ha ido ganando músculo y posibilidades de cintura para arriba, aunque para el partido que cierra el año pierde a dos piezas del entramado defensivo. Por un lado se cae Joan Sastre, el principal damnificado de la presentación copera por unas molestias en los isquiotibiales que le sacaron del campo antes del descanso. En principio no parece sufrir ninguna lesión importante, pero sin apenas tiempo para la recuperación su concurso contra el Sevilla está prácticamente descartado. Igual que Antonio Raíllo, sancionado por su expulsión en Balaídos. En esa dirección, todo apunta hacia el estreno del serbio Aleksandar Sedlar, sin minutos hasta el momento. Ni siquiera en la Copa, donde el parche lo puso Xisco Campos. A partir de ahí, Moreno tendrá múltiples combinaciones sobre la pizarra, aunque siguiendo el hilo de la semana lo más normal es que se caiga del once Aleix Febas.

El gran objetivo del Mallorca es volver a ganar un partido del campeonato regular después de cuatro jornadas en las que solo ha cosechado un punto, el que le quitó la semana pasada al Celta. En su última representación frente al auditorio de Son Moix, otro equipo sevillano, el Betis, truncó su buena racha de resultados que ahora puede recuperar. Una victoria frente al primero de los que siguen la estela de Barcelona y Madrid alargaría la sonrisa mallorquinista y supondría el cierre soñado para el año en el que el club ha regresado a su residencia junto a los grandes.

El Sevilla viene con dos pinchazos encima y no puede fallar en Son Moix si planea seguir al acecho de los colíderes y recuperar el buen tono de su discurso. Lopetegui recupera al extremo argentino Lucas Ocampos, uno de sus hombres más desequilibrantes, después de sus tres partidos de sanción por su expulsión en Valladolid, pero a su vez pierde Sergio Escudero y a dos delanteros, el mexicano Chicharito Hernández y el israelí Dabbur, además de Nolito. Munir y el cuestionado delantero holandés Luuk de Jong llevarán el peso de su artillería.