El delantero del RCD Mallorca Ante Budimir celebra tras marcar el segundo gol ante el Barcelona, durante el partido de Liga en Primera División disputado en el Camp Nou. | Toni Albir

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El mes de diciembre es mucho más importante de lo que aparentemente parece. El domingo el equipo balear se mide al Celta en Balaídos, pero no es este el único encuentro marcado en rojo en este mes de diciembre y que tiene a los últimos clasificados como protagonistas. Esta próxima jornada, la 17, abren fuego en Balaídos el Celta y el Mallorca, mientras que el Leganés jugará en Vitoria y el Espanyol recibirá al Betis.

La próxima semana, con motivo de la jornada 18, en Butarque jugarán Leganés y Espanyol. El equipo catalán es en estos momentos el último clasificado tras caer frente Real Madrid y superar el Leganés al Celta. Esa última jornada del año los mallorquinistas afrontarán otro encuentro de máxima complicación contra el Sevilla. Dos jornadas, seis puntos en juego y una oportunidad perfecta para que los de Vicente Moreno puedan tomar ventaja con el vagón de cola. Un triunfo en Balaídos supondría una bombona de oxígeno para un Mallorca muy necesitado y cuya principal aspiración en estos momentos es mantenerse por encima de la zona de descenso. Todo pasa porque el domingo el equipo balear sea capaz de puntuar en Vigo. Un triunfo sería un enorme premio porque se daría una estocada importante a un rival directísimo en la lucha por la permanencia.

Resulta evidente que hablar de ‘final’ es excesivamente dramático y tanto en el club como en el vestuario se destierra esta apreciación. Pero tanto por la carga ambiental que se encontrará el equipo en Balaídos como también por esa sensación de ser un primer partido a cara o cruz, el choque en las tierras gallegas es el primero de este curso con urgencias realmente notables.

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El Real Mallorca además no ha puntuado todavía lejos del estadio de Son Moix y hacerlo el domingo supondría un golpe moral muy necesario para esta plantilla. En casi casa partido disputado lejos de Palma, el equipo balear ha tenido opciones, fases de los encuentros donde ha dominado y generado oportunidades, pero siempre ha faltado algo, siempre algún detalle ha ido en contra y de ahí la imposibilidad de puntuar hasta la fecha.

Cambiar esta dinámica es un factor fundamental para afrontar el final del mes de diciembre y un enero igualmente intenso. Tras el partido de Sevilla y el alto para las vacaciones de Navidad, llegará la siempre difícil cuesta de enero con la salidas a Granada y Anoeta mientras que recibirá al Valencia. El Celta en el primer mes del año viajará a Bilbao y recibirá a Osasuna y Eibar.

El Espanyol recibirá al Barcelona y al Athletic y viajará a Villarreal mientras que el Leganés jugará en Zorrilla y en el Wanda y en casa ante el Getafe. Entre diciembre y enero hay un buen puñado de partidos que pueden marcar un punto de inflexión de cara al futuro. Sobre todo el domingo en Vigo los baleares deben romper con la mala racha y ganar un partido para alimentar las esperanzas de salvación.