Imagen del entrenador del Real Mallorca, Vicente Moreno, durante una entrevista. | Pere Bota

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Vicente Moreno se encuentra en una encrucijada difícil a estas alturas de temporada. Doce partidos después de arrancar la temporada regular, el técnico ha dejado claro en quién confía y en quién no. No hace falta que lo diga en la sala de prensa, es suficiente con echar un vistazo a los minutos que ha dado y a los jugadores que ha empleado.

El laberinto en el que se encuentra el técnico tiene una difícil salida. De una parte mantiene la fe y la confianza en los once habituales que le han dado al Mallorca los once puntos que lleva en estos momentos y que sitúan al equipo por encima del descenso.

Si bien es una buena noticia contar con un once tipo, no resulta especialmente positivo mantener virgen el fondo de armario. Porque una cosa es rotar, otra confiar y otra diferente utilizar de vez en cuando.

En Valladolid el técnico rompió sus reglas y modificó mínimamente su plan habitual. Salió mal, pero había que intentarlo. Ni Fabricio, ni Lumor —aunque este va entrando y saliendo— ni Kubo ni Pedraza eclipsaron al plan inicial con Reina, Gámez, Febas y Baba. Previsiblemente tras el experimento en Zorrilla será complicado que el entrenadoro siga exhibiendo su fondo de armario. La situación en la Liga no está para mucha más pruebas.

Mucho por mejorar

El equipo necesita de la mejor versión de muchos futbolistas que por ahora no están al nivel de los titulares y que son suplentes en mayúsculas. Tampoco cuando tienen una oportunidad demuestran mucha cosa. Sin ir más lejos Kubo. El técnico le ha dado entrada en nueve partidos, dos de ellos como titular y en muy pocas situaciones el Mallorca ha dado un salto de calidad con el japonés en el campo. En Valladolid el entrenador se cargó de razones.

Secundarios sin brillo

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Aleksandar Trajkovski, Alex Alegría, Salibur, Chavarría, Señé, Sedlar y Baba Rahman (lesionado) son hoy por hoy figuras decorativas en este equipo. Son demasiados jugadores que no tienen ningún tipo de incidencia en el grupo que es imprescindible que la tengan porque cargar el esfuerzo en los mismos siempre no llegará para lograr el objetivo. A estas alturas ninguno de ellos mejora a sus compañeros.

Pocas opciones

A los habituales solo se puede unir un par de nombres como Abdón Prats, Aridai, Campos y Pedraza, curiosamente jugadores que ya estuvieron todos ellos en Segunda División B y que siguen siendo el principal recurso del entrenador para tratar de salvar alguna que otra situación comprometida durante esta temporada. De hecho solo Febas es el único refuerzo de verano que se ha consolidado en el once titular. Eso dice mucho de los futbolitas que en su día se ficharon para jugar en Segunda B y Segunda A, pero muy poco de los refuerzos elegidos para tratar de mantener la categoría en Primera División. En este escenario solo falta por saber hasta dónde llegará la gasolina del puñado de futbolistas que por ahora son los que sacan las castañas del fuego.

Jornada propicia

Este próximo fin de semana es ideal para tratar de oxigenar la situación. Es cierto que el Mallorca tiene un compromiso muy complicado ante el Villarreal, pero también es verdad que el equipo de Moreno en casa cumple y empujado por Son Moix, por regla general saca adelante los partidos. Si esto vuelve a ocurrir el domingo por la mañana, sus rivales situados en la parte baja tienen que afrontar partidos de máxima dificultad. El Espanyol jugará en el Wanda; el Celta lo hará en Barcelona y el Leganés en Anoeta. Por eso los tres puntos de Son Moix son vitales este próximo fin de semana.

Fichar en enero

Este panorama invita a pensar que en enero habrá que acudir al mercado para encontrar jugadores que puedan tener mayor protagonismo y de un perfil diferente al actual. De lo contrario el año puede ser muy largo.