Vicente Moreno, entrenador del Real Mallorca. | Pere Bota

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Han pasado tres semanas desde que el mallorquinismo se emborrachó de felicidad en una de sus noches más mágicas. 21 días desde que un gol de Abdón puso Son Moix patas arriba y acabó de ponerle el lazo a un ascenso con el que pocos contaban. Casi un mes sobre la nube disfrutando de un breve tramo de paz que se verá interrumpido en los próximos días, cuando las obligaciones reclamen otra vez al grupo de Vicente Moreno de cara a su regreso, seis años después, a la pasarela de la Primera División. El nuevo Mallorca está a punto de arrancar. Un proyecto por descubrir, seguramente el más estimulante de la última década, que dará sus primeros pasos mientras permanece un tiempo sobre los fogones.

Se acaban las vacaciones para los héroes del ascenso, a los que se sumarán estos días un puñado de caras de nuevas y otro manojo de futbolistas que la temporada pasada tuvo que abrirse paso lejos de Son Moix. Un grupo de trabajo, aún demasiado extenso —pese a las últimas salidas de Franco Russo y Sergio Buenacasa hay más de treinta jugadores en nómina—, que está citado este lunes en Palma para someterse a las correspondientes pruebas médicas del verano y empezar a preparar un depósito que irán cargando de combustible durante las cinco semanas siguientes. Será el tiempo que tendrá el cuerpo técnico para acicalar al equipo balear de cara a su primera cita de la temporada, la del 19 de agosto contra el Eibar.

Movimientos

De momento, el aspecto del Mallorca no ha cambiado demasiado. En estas tres semanas de paréntesis no se han contabilizado muchas más bajas de las previstas y solo han apeado del tren, al margen de los dos futbolistas cedidos y de Leandro Montagud (fichó por la Cultural, de Segunda División B), aquellos que estaban a préstamo en Son Moix. Pervis Estupiñán, que triunfó en la capital balear gracias a un acuerdo con el Watford, es ahora jugador de Osasuna; Nikola Stojiljkovic está de vuelta en Braga, donde ya ha goleado incluso en uno de sus primeros bolos estivales y Leo Suárez participa de pleno en la pretemporada del Villarreal. Un viaje de vuelta que se han ahorrado Martin Valjent y Ante Budimir, que horas después de confirmarse el ascenso pasaban a ser de propiedad bermellona para los próximos años.

La puerta de entrada del vestuario apenas se ha cerrado durante la transición de una temporada a otra. La dirección deportivo, que cuando se produjo el ascenso ya había hecho los deberes y tenía casi empaquetado un ambicioso proyecto para competir en Segunda, ha tenido que modificar las coordenadas sobre la marcha para adaptar su boceto a los requisitos y exigencias de una máxima categoría que volverá a poner a prueba su capacidad de supervivencia.

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La idea es aprovechar parte de ese trabajo sobre el nuevo escenario, como se ha comprobado con los primeros anuncios de fichajes, aunque serán necesarios otros movimientos de mayor calado para apuntalar un proyecto de garantías. En cualquier caso, también es cierto que el club tiene tiempo de sobra para bucear en el mercado. El telón del ejercicio se levanta oficialmente el tercer fin de semana de agosto, aunque habrá tiempo para inscribir a más futbolistas y encontrarle acomodo a otros hasta el día 2 de septiembre.

Mejoras

Con las cinco incorporaciones confirmadas hasta el momento, el Mallorca le ha dado amplitud a todas las líneas del campo a excepción de la portería, en manos de Manolo Reina y Miquel Parera. Para ensanchar el muro defensivo el primero en llegar ha sido el central serbio Aleksandar Sedlar. Atado desde hace meses y con un interesante trayectoria en el fútbol polaco a cuestas, el exjugador del Piast Gliwice llega para competir con Valjent y Raíllo. Los esfuerzos se centrarán en buscar, sobre todo, laterales zurdos.

Donde se intuye una reforma más amplia es del centro del campo hacia adelante. A la zona ancha, enriquecida tras la renovación de Baba, se suman ahora Aleix Febas, procedente del Madrid Castilla aunque viene de jugar el último año en el Albacete, y Señé, incorporado desde la Cultural. Como en la defensa, el foco iluminará ahora a los extremos, que necesitan refuerzos.

En la delantera hay un atasco importante con la continuidad de Budimir y las llegadas de Pablo Chavarría y Álex Alegría. Y junto a ellos, Abdón Prats, Álex López... Al nuevo Mallorca le faltan todavía unas horas de cocción y mucha piedra por esculpir.