Los jugadores del Real Mallorca celebran un gol en Son Moix. | J. PADILLA

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Por fin vuelve a jugar el Real Mallorca. Han pasado siete días desde que el equipo de Vicente Moreno ganara al Zaragoza y en este estado de forma los equipos y las aficiones anhelan que el próximo partido llegue cuanto antes para prolongar el estado de gracia. Hoy toca jugar en el Arcángel (12:00 horas) ante el Córdoba, un equipo hundido en la clasificación y que requiere de los puntos en juego para tratar de mantener viva la llama de la salvación.

Por contra el Real Mallorca busca un triunfo que le consolide todavía más en el vagón de cabeza y que a su vez le permita seguir metiendo presión a Albacete, Deportivo y Málaga. El mallorquinismo anda de nuevo entusiasmado con su equipo, nadie puede negarlo y a Vicente Moreno le ha tocado moverse entre la necesidad de rebajar la euforia, pero sin romper la ilusión que genera su equipo. Porque este deporte se mueve todavía por los derroteros de mantener viva la llama.

A nadie se le escapa que el partido ante el Córdoba es una buena oportunidad para amarrar tres puntos más, pero el conjunto andaluz es un león herido y pese a que sus números en casa son muy malos (solo tres victorias) no pondrá las cosas fáciles. Pero este Real Mallorca tiene la lección bien aprendida y la afición sabe que su equipo acude a cada encuentro con la seguridad de que va a competir y no se dejará llevar por el dulce momento que atraviesa.

Desde el punto de vista deportivo, Vicente Moreno apostará por el once clásico, posiblemente con variaciones porque resta por conocer si dará o no oportunidad de inicio a Aridai en lugar de Leo Suárez. El equipo funciona, ha madurado en todos los sentidos, también en el futbolístico y ante este nuevo examen contra el Córdoba todo indica que salvo novedad de última hora por alguna indisposición, no habrá apenas modificaciones en el once titular.

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La entrada en la recta final de la temporada obliga a tener que viajar a por puntos en cada desplazamiento y Córdoba se presenta como una buena oportunidad. De aquí a que finalice la temporada los mallorquinistas viajarán también a Soria, Málaga, Tarragona, Riazor y Almendralejo. Salidas todas ellas comprometidas donde hay mucho en juego tanto por arriba como por abajo.

De ahí la visión y el mensaje de prudencia que lanzan los técnicos y el propio club porque en fútbol es irresponsable vender la piel del oso antes de cazarlo. Cuando la temporada empezó allá por el pasado mes de agosto era difícil poder llegar a pensar que a falta de diez jornadas (sin contar la de Reus) el Real Mallorca estaría ya salvado y con los deberes hechos.

El objetivo prioritario era la permanencia, continuar en el fútbol profesional y no perder comba después de haber descendido a Segunda B. Se ha cubierto con creces este objetivo, superando las mejores expectativas y por este motivo, con mucho todavía por delante, ahora el punto de mira se dirige al playoff donde todo es posible y donde el favoritismo de unos y otros es relativo. Porque esa ‘minicompetición’ tiene mucho de moneda al aire.

Pero para llegar allí hay que resolver partidos como el de este domingo. Avisó Vicente Moreno de que no será fácil y no se equivoca. Hoy el examen es comprometido.