Lago Junior, futbolista marfileño del Real Mallorca. | Pere Bota

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El 25 de febrero se cumplieron diez años de su llegada a España, una celebración que coincide con el mejor momento de su vida. «Con mucha diferencia», matiza él con una sonrisa. Lago Junior Wakalible (31 de diciembre de 1990, Yamoussoukro, Costa de Marfil) reconoce que es feliz. En Mallorca y en el Real Mallorca. Dentro y fuera del campo. Con sus compañeros y al lado de su familia.

Después de cargar con diez goles y siete asistencias en la mochila es, además, el jugador más desequilibrante de la plantilla del equipo de la Liga 123 y el tipo con más recorrido de un equipo que vuelve a nadar en la bonanza tras acabar, uno a uno, con todos los fantasmas que llevaba de la mano. Se siente tan a gusto al calor de Son Moix y frente a la pizarra de Vicente Moreno que reconoce que durante la última ventana del mercado descartó una oferta -procedente del fútbol asiático- que hubiera resuelto el resto de su carrera y que hubiera multiplicado por diez sus ingresos actuales. Diez son precisamente los millones en los que está fijada su cláusula de rescisión. Tantos como partidos como le faltan por jugar a su equipo para seguir soñando.

Evolución y madurez: «Estoy disfrutando del fútbol»
La historia de Lago Junior en el fútbol español empezó a redactarse en 2009, una vez que Pacheta, entonces director deportivo del Numancia y actual entrenador del Elche, le descubrió en un torneo de promesas africanas en Burkina Faso y se lo llevó a Soria a cambio de 1.500 euros. Aunque el comienzo del camino fue duro, paladea ahora la recompensa. «He mejorado mucho en muchas facetas, como futbolista y como persona. Estoy disfrutando del fútbol, sobre todo este año», admite después de vivir experiencias de todos los colores en los algo más de tres años que acumula como jugador del Mallorca. «Me están saliendo las cosas, a nivel personal y dentro del grupo. A veces te salen unas y las otras no, pero eso no vale. Lo bueno es cuando te va bien en los dos sentidos, y es lo que está pasando», explica orgulloso. Un estado de felicidad que hace extensible al resto de su equipo. «Estamos contentos de lo que estamos logrando y tiene mucho mérito. Que un equipo recién ascendido esté haciendo la temporada que estamos haciendo es para estar satisfechos».

De las dudas a la felicidad: «En enero no quise irme»

Evidentemente, ni en el fútbol español ni en el Mallorca ha tenido siempre el sol de cara. Hace casi dos años sufrió de lleno el impacto más duro que ha recibido el club en las últimas cuatro décadas. El descenso a Segunda B se lo llevó casi todo por delante y el club reformó la caseta de arriba a abajo. Solo él y tres compañeros más (Antonio Raíllo, Pol Roigé y Damià Sabater) resistieron la caída, trasladándole a un escenario que al principio no aceptaba del todo. Solo el tiempo y los resultados han alterado esa perspectiva. «Ha valido la pena, sí. En su momento tenía muchas dudas», alega en una confesión en la que últimamente ha incluido un anexo: «En este mercado de invierno tuve una oferta de un equipo que me ofrecía diez veces lo que gano en el Mallorca y no quise irme», asegura. «Aquí estoy muy feliz y creo que se pueden conseguir cosas bonitas con el equipo. Estoy muy contento. Ahora, al mirar hacia adelante, no te das cuenta de lo que has dejado atrás. Solo te quedan los momentos bonitos que has pasado. Estoy feliz, que es lo más importante», insiste.

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Un curso apasionante: «Los años anteriores lo pasé mal»

Lago ha descubierto durante el curso actual la sensación de pelear por algo distinto a evitar caerse. «Hay mucha diferencia con los años anteriores, la verdad. Estoy disfrutando del fútbol este año», subraya. «Los últimos años en el Mallorca habían sido de pelear para no descender. Nunca en mi carrera he estado en un equipo en el que, a falta de once jornadas, estuviéramos salvados. Los años anteriores lo pasé mal. Cada partido era una final y había mucha presión. Ahora salimos a disfrutar y cuando haces eso las cosas te salen con más facilidad». Una receta de la que se está beneficiando todo el club.

Vicente Moreno, la clave del éxito: «Quiero que se quede aquí»

Si hay un personaje clave en el viaje de Lago Junior por las carreteras del fútbol español es Vicente Moreno. De hecho, contaba en agosto de 2017 que el lunes posterior al descenso se reunió con el consejero delegado, Maheta Molango, y que cuando éste le contó que el club ficharía al entrenador valenciano, con el que había coincidido en el Nàstic, él le respondió: «Ya me has jodido la salida». Lago responsabiliza a Moreno del grado de compromiso que muestra la plantilla. «La clave de eso es el entrenador. Tiene a todos los jugadores enchufados: el que juega de inicio, el que sale desde el banquillo, los que se quedan sin convocar… Todo el mundo está entrenando muy bien y sé que el entrenador tiene muchas dificultades para hacer la lista porque todos se merecen jugar y el que juega sabe que tiene una oportunidad y la tiene que aprovechar». Un idilio, el que protagonizan el técnico y el Mallorca, que según Lago debería perdurar en el tiempo. «El míster está haciendo las cosas bien y si tiene una oferta mejor se la merece. Yo lo que quiero es que se quede aquí con nosotros porque nos está ayudando mucho y para mí ha sido muy importante porque siempre que he estado con él ha sacado mi mejor rendimiento. Que no se vaya, que siga aquí con nosotros», sentencia el jugador marfileño.

Optimismo moderado: «No podemos volvernos locos»

En medio de la euforia que han desatado los últimos resultados, Lago opta por mantener la calma. «Ahora el mensaje tiene que ser ir partido a partido, sin volverse locos. La Segunda División es muy larga y muy cambiante y tenemos que ir poco a poco. Y para eso el partido de Córdoba es muy importante».