Los jugadores del Real Mallorca celebran el tanto de la victoria ante el Oviedo en Son Moix. | Javier Padilla

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Subido otra vez a la buena ola, el Real Mallorca deja atrás el fin de semana perfecto. La victoria contra el Oviedo (1-0) y las caídas que han sufrido la mayoría de sus compañeros de viaje han revalorizado las acciones del conjunto balear, que vuelve a tener los puestos de playoff al alcance de la mano. Exactamente, a dos puntos. Los de Vicente Moreno son séptimos -la posición en la que más tiempo han pasado durante la temporada- y están a menos de un partido del Cádiz, que de momento sigue siendo el conjunto que tiene bajo sus pies la línea que marca la puerta de entrada a la tierra prometida.

Al Real Mallorca le tocó esta vez descorchar la jornada y despejar el camino de maleza. Sacó adelante un partido imprescindible para continuar con el modo playoff activado. Y ahí empezó a recortar terreno. Avanzó a un Oviedo que el viernes estaba dos escalones por encima y se quedó con el mando del golaverage directo. Una función impecable. Sin embargo, el paisaje que tenía ante sus ojos y iba a seguir coloreándose. La mecha acaba de encenderse.

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Tras el Real Mallorca, que con el Oviedo ya se había cobrado la primera víctima del manojo de aspirantes, subía al cuadrilátero un Almería que la semana pasada también durmió por encima de su cabeza. Un afortunado tanto de Álex Alegría vació los bolsillos del conjunto andaluz y alimentó la esperanza de un Sporting que tras dos victorias seguidas sigue estando a muchos pasos de la zona caliente.

El siguiente en agachar la cabeza fue el Albacete. Alojado un poco por delante del resto de los damnificados de la jornada, el equipo manchego se doblegó contra el colista cuando el partido estaba a punto de consumirse. Justo a continuación se encendería la traca final en el Martínez Valero, donde el Cádiz, el primer equipo situado tras la verja de la promoción, cerraba una ráfaga de cuatro victorias consecutivas y se quedaba clavado en plena ascensión.

La fiesta para el Real Mallorca continuó en pleno domingo. Primero con la derrota del Alcorcón en el Cerro del Espino y luego con el batacazo del Deportivo en Riazor ante Las Palmas. Una jornada para enmarcar. Una fin de semana para seguir soñando.