Imagen de Alejandro Faurlín, fichado en el pasado mercado invernal y que ha causado baja doce meses después. | CARLA CORTÉS

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Ferran Giner, temporada y media; Alejandro Faurlín, un año; Carlos Castro y Merveil Ndockyt, seis meses... El Mallorca se está especializando en devorar jugadores. Hasta dieciséis futbolistas han cubierto su estancia en el vestuario bermellón en los últimos dieciocho meses. Algunos firmaron por tres o cuatro temporadas. Otros llegaron cedidos. Unos disfrutaron de la titularidad. Otros ni siquiera se estrenaron con la camiseta en partido oficial. En cualquier caso, ninguno de ellos está ya a disposición de Vicente Moreno para afrontar la segunda vuelta de la temporada.

En el curso 2017-18, después de despeñarse por el acantilado del fútbol profesional, la apuesta de la entidad fue remodelar todo el vestuario. Apenas cuatro jugadores (Lago Junior, Antonio Raíllo, Pol Roigé y Damià Sabater, que acabó ese curso en el Lugo) continuaron en una caseta reformada casi al completo.

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Quince aterrizaron en verano y media docena en invierno. Algunos de los que se incorporaron al club para prender la mecha de la pretemporada ni siquiera iniciaron el campeonato. Néstor Salinas y Jony Ñíguez optaron por hacer las maletas sin debutar con el Mallorca en partido oficial, aunque éste último sí que llegó a estar en la convocatoria de la primera jornada frente al Peralada. Días más tarde se marchó al UCAM Murcia para acabar la temporada en el Elche.
En el mercado de invierno se fueron dos de los recién fichados como Fran Grima, al UCAM, y Rufo, que se marchó al Badalona. También causó baja Álex Serrano, que buscó minutos en el Celta B.

El Mallorca cumplió con los pronósticos y regresó a la Segunda División por la puerta grande. Superó al Mirandés en la primera eliminatoria y la euforia se desató en la isla y en el vestuario. Pero la dirección deportiva también optó por meter el bisturí y hasta seis jugadores que habían aterrizado en el Mallorca apenas un año antes, causaron baja. Bonilla, José Ángel, Fernando Cano y Núñez abrieron la puerta de salida.

Incluso dos jugadores que había reforzado el equipo balear en el mercado invernal, como el asturiano Álvaro Bustos y el camerunés Daniel Ndi, fueron cortados por el club balear. El primero fue cedido al Rayo Majadahonda, donde ni siquiera ha debutado, mientras que el centrocampista africano se encuentra sin equipo.
En verano, prácticamente una docena de jugadores abrieron la puerta del vestuario mallorquinita. Al igual que sucediera el curso anterior, uno de ellos ni siquiera llegó a comenzar el campeonato. Sergio Dueñas Moyita, fichado del Écija, se marchó cedido al Cartagena, donde está gozando de minutos y suma ya cuatro goles.
En este mercado invernal, dos de las cuatro salidas corresponden a futbolistas firmados hace apenas seis meses. Carlos Castro llegó como uno de los fichajes estelares de la Segunda División. Sus buenos números con el Sporting, sobre todo en sus inicios, habían creado una gran expectación, que fue ratificada en las primeras jornadas con el gol de la victoria en el Wanda ante el Rayo Majadahonda incluido. De repente, Castro desapareció de las alineaciones y la cesión al Elche, que se oficializó ayer, desatasca una situación insostenible.
También Merveil Ndockyt ha pasado de la titularidad en tres de las cuatro últimas jornadas a causar baja. Regresa al Getafe, que lo cede al Barcelona B para lo que resta de temporada.
Anteriormente se despidieron de sus compañeros Alejandro Faurlín, cedido al Marbella un año después de firmar por el Mallorca, y Ferran Giner, que inicia una nueva aventura en un Ibiza de Andrés Palop plagado de exmallorquinistas. Mañana se cierra el mercado de fichajes. Quizás haya más novedades...