Raíllo remata a gol en el partido disputado este sábado frente al Málaga en Son Moix. | MIQUEL A. BORRÁS

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Mallorca y Málaga firmaron un partido enorme que cayó del costado andaluz (1-2). Harper adelantó a los visitantes antes del descanso y Álex Lólpez hizo lo más difícil al empatar el choque en el 74. Al final Cifuentes rompió el marcador a seis minutos para el final (1-2) aprovechando que el colegiado no interrumpió la acción de gol tras comprobar cómo dos jugadores, uno de cada equipo, estaban sobre el césped tendidos tras chocar entre ellos con sus cabezas.

La primera parte empezó como suele empezar la fiesta de fin de año, con ritmo y con ganas, pero la historia del partido, sin embargo, tiene que detenerse forzosamente en el minuto 7 cuando el colegiado anuló un gol legal a Antonio Raíllo. El cordobés se levantó por encima de los defensas y llegó al remate en posición correcta, él sí estaba en posición correcta, otros compañeros suyos no, pero él sí. Eso es lo que en ocasiones no ven los colegiados y este tipo de jugadas determinantes deciden partidos. En Primera está el VAR, pero en Segunda solo queda la pataleta y la rabia si eres el equipo perjudicado o el levantar la vista y dar gracias a Dios por la ayuda divina recibida.

A los siete minutos de partido el Mallorca ya debería haberse puesto por delante en el Marcador, pero Gorostegui Fernández no lo quiso. Su asistente le equivocó. El partido mantuvo esa misma velocidad de vértigo y el Málaga trató de ganar metros y de inquietar la portería de Parera. Lo hizo en un disparo de falta de Pacheco, que rechazó de puños el portero.

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La primera media hora de partido era un golpe por golpe, dos buenos equipos que jugaban sin complejos y con la victoria como fin y objetivo. Volvió a tenerla Raíllo otra vez en un remate en el minuto 25, pero en esta ocasión fue Munir quien pudo conectar con el balón y rechazar el esférico. El Mallorca ganaba metros y no se arrugaba ante un Málaga también valiente. El once de Moreno llevaba el control del partido, mandaba en el juego y debería haber mandado a estas alturas también en el marcador. Pero no lo hacía. Y el fútbol son goles y el que marcó antes del descanso fue el Málaga. Fue en una acción de corner. El balón centrado por Pacheco lo remató Adrián, el eférico golpeó en el larguero y Parera, en su intento de rechazar, le sirvió la pelota a Harper para que rematara a placer. Gol del Málaga y descanso. Ocurrió lo peor que podía ocurrir.

El Mallorca arriesgó

El Mallorca puso gran parte del fútbol, también el gol –mal anulado– y el Málaga en un zarpazo se avanzó en el marcador. Fútbol. En la segunda parte el equipo rojillo arriesgó desde el minuto 46 y a los 73 encontró el premio del gol. Todo sucedió muy rápido: Lago lanzó un balón de banda a banda par que lo recogiera Fran Gámez y este, rápido y listo, sirvió a Álex López para que rematara sin dudas. Gol y empate (1-1).

El partido entraba en esa fase de fútbol de rayos y truenos a falta de quince minutos. Se empezó a jugar el encuentro con más corazón que con disciplina táctica y eso siempre embellece y llena de emoción las funciones en Segunda. Y ganó el Málaga. En un acción donde dos jugadores chocan, el rival queda en superioridad numérica y Cifuentes ante Parera no perdonó (min.86, 1-2). Salva y Abdón tuvieron las dos últimas, pero no acertaron. Al final un buen Mallorca se quedó sin premio. Ayer salió cruz.