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El Mallorca formalizó durante la jornada del martes la distribución de las 350 entradas entre sus abonados. La transparencia (sorteo ante notario) ha marcado todo el proceso, aunque es innegable que el cupo que ha facilitado el Mirandés ha sido escaso. Más de un millar de socios bermellones han tomado parte en esta peculiar "lotería" y sólo 175 de ellos (cada agraciado recibía una entrada doble) han podido esbozar una sonrisa.

Paralelamente al sorteo, el club balear también se ha volcado en la organización de una pantalla gigante que, casi con toda seguridad, se intalará en el Passeig des Born de Palma. Todo parece estar a punto para festejar el retorno a Segunda A, aunque al conjunto de Vicente Moreno le aguarda todavía un exigente prueba en Anduva, el mismo escenario donde la temporada pasada selló su descenso a Segunda B.

El Mirandés, sacudido en Son Moix (3-1), apela al apoyo de su hinchada y a las particularidades de su estadio para remontar la eliminatoria, aunque la realidad es que también tiene argumentos estrictamente futbolísticos para intentar la gesta. Aunque el Mallorca fue superior en Son Moix, la escuadra de Pablo Alfaro dejó impronta de equipo trabajado. A pesar de los golpes que fue recibiendo durante el encuentro, que fueron bastantes, nunca se descompuso.

El guión de la función parece dejar totalmente abierta la puerta del sufrimiento, aunque también es cierto que el Mallorca ha dejado claro este año que está más que preparado para ello...