En la imagen, el nuevo vicepresidente deportivo del Real Betis, Llorenç Serra Ferrer. | Ultima Hora

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El nuevo vicepresidente deportivo del Real Betis, Llorenç Serra Ferrer, afirmó este jueves que su vuelta supone un reto consistente en acercar al club a lo que demanda su historia y en «autoexigir muchísimo» a todos los estamentos de la entidad «porque así lo demanda la doctrina bética».

Serra, de 64 años, ocupó el banquillo del Betis entre 1994 y 1997, y 2004 y 2006, y en su vuelta aseguró a la radio del club que recibió el ofrecimiento «con mucha ilusión por lo que supone este reto», que le motivó y que, por ello, está «aquí, preparado» aunque consciente de que todo será distinto.

Ahora, según afirmó, se trata de unirse a un grupo para acercar al Betis a la meta que «hace tiempo» se le quedó grabada de lo que supone la entidad en lo social «y a lo que demanda la historia de este gran club», para lo que consideró que será imprescindible «remar y sumar todos en la misma dirección».

«Le podemos dar estas alegrías que se merecen los aficionados y este club, acercarlo a su dimensión social y nos falta muchísimo por hacer», aseguró el técnico balear, quien apuntó que no ve ningún problema de compatibilidad con el director deportivo bético, Miguel Montes Torrecilla.

Entre otros asuntos, manifestó que su ilusión es mayor que en su primera y segunda etapas béticas y que tiene «muchas cosas que devolver» a un club con el que sólo tiene palabras de agradecimiento.

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Sobre la expectación generada por su llegada, dijo que por su personalidad «la autoexigencia es muy alta y la responsabilidad tiene que aumentar».

Indicó que lo primero que quiere transmitir es la necesidad de unión y la convicción de que van a «poner el alma» en cada una de las acciones y decisiones; y agregó que «hay que trazar bien todos los objetivos que se quieren conseguir a corto y largo plazo, pero más bien a corto plazo».

«Que el aficionado bético sienta la tranquilidad, la ilusión, de que cuando va al Benito Villamarín es una alegría para él, no un sufrimiento. Ahí tenemos todos que remar. Por lo tanto, los objetivos son muy claros y hay que exigirlos con rigor», expuso el entrenador mallorquín.

Afirmó que esta actitud ha de ser «esforzada, continuada y con mentalidad ganadora», ya que mantuvo que se está «muy lejos» de igualar lo que ofrece la afición bética, «porque 44.000 ó 45.000 socios más el resto de aficionados, es muy grande, con mucha magia».

Respecto al ambiente de crispación en torno al club, comentó que «cuando hay desavenencias y turbulencias muy fuertes en cualquier institución, se nota» porque «esto se filtra en el vestuario y en los mandos"; aunque señaló que «cada uno tiene que aguantar un poco su vela» y, como profesionales, hay que dar «antes que exigir».