Los futbolistas del Mallorca, cabizbajos después de encajar un gol ante el Levante en el Ciutat de València.

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El Mallorca de Vázquez tampoco despega los pies del suelo. Después de archivar diez jornadas, casi una cuarta parte de la competición, el equipo balear es incapaz de salir de las alcantarillas de la clasificación. De hecho, las ha convertido en su residencia habitual, acentuando incluso la nociva tendencia de las últimas temporadas. Es más, desde la caída a las infiernos nunca había llegado a la décima jornada en una situación precaria.

PROBLEMAS

Entre el fiasco inicial ante el Reus y la confirmación frente al Levante, el Mallorca solo ha ganado dos partidos, ha recorrido toda la escala de grises y ha sido eliminado de la Copa del Rey. Su techo está en la decimoquinta posición que ocupó durante toda la semana pasada gracias a su victoria sobre el Huesca.

Viejos errores

Este año, además, el balanceo del equipo escuece de manera especial porque por primera vez tras el descenso el Mallorca había conservado una buena parte de su último chasis. Empezando por el entrenador. Sin embargo, ni los kilómetros de la campaña anterior ni la posibilidad de trabajar la base del grupo desde la pretemporada han mejorado las vistas de una plantilla que precisa ya de la apertura de puertas del mercado para equilibrarse.