Fernando Vázquez. | M. À. Cañellas

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El Real Mallorca ha tirado la Copa estas últimas tres temporadas. Desde que ingresó en Segunda División, el equipo balear ha sido incapaz de superar la primera ronda en la que participó cayendo con Alcorcón, Las Palmas y Huesca abriendo espacio para una primera crisis en cada una de estas temporadas y reflejando lo que sería el devenir posterior en cada curso.

Ahora, en el que es el cuarto año consecutivo en la categoría de plata, el objetivo pasa por evitar repetir el papel de estos últimos tres años en la competición del KO.

La maldición de la primera fase se desterrará si el Mallorca supera este miércoles al Reus y mete la cabeza en la próxima ronda. En el escenario actual, con un partido ante un rival recién ascendido a Segunda y a las diez de la noche, con todo lo que ello representa, será el equipo quien tenga que tirar del carro porque los horarios y la televisión están echando a los aficionados de los estadios.