Ante la Ponferradina el Mallorca ha sido más peligroso en ataque. | Ana María Fernández

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Ponferradina 0 - 2 Mallorca

Ponferradina: Santamaría, Basha, Casado, Berrocal, Alan, Acorán, Andy, Djordjevic, Álvaro, L. Pavón y Raillo.

Banquillo: Alberto, Seoane, Aguza, Jebor, Melero, Khomchenovskyy y Pablo.

Mallorca: Timon; Company, Costas, Aveldaño, Oriol; Damià, Sissoko Pereira, Lago; Brandon y Acuña.

Banquillo: Cabrero, Truyols, Ortuño, Pol Roigé, Coro, Campadabal y Kassim Adams.

Tras varios meses sin ganar fuera de casa, el Mallorca por fin ha conseguido una victoria a domicilio. El nuevo Mallorca, armado con algunos de los refuerzos de invierno, se ha impuesto en Ponferrada por 0-2. Si bien el principio del partido ha dejado claro que era un clásico partido de Segunda División, con poco juego y ocasiones aisladas, los bermellones se han crecido y han terminado el encuentro con varias ocasiones. Dos de ellas, una de penalti, han sido las que le han valido la victoria a los de Fernando Vázquez.

El equipo visitante fue claramente superior a los leoneses, impotentes y sin crear prácticamente una sola ocasión destacada de peligro, lo que provocó las protestas en la grada y coloca en el punto de mira en el técnico local, José Manuel Díaz.

El conjunto balear aprovechó las dudas del equipo local desde el inicio buscando la portería de Roberto Santamaría, metiendo en su terreno a una Ponferradina temerosa y sin confianza, en la que debutó el central Antonio Raíllo, cedido por el RCD Espanyol.

Con el dominio visitante, una acción de habilidad de Acuña en el minuto 14 le sirvió para ganar la espalda a la defensa blanquiazul, pero se entretuvo en el remate y se le adelantó Alán.

Una jugada muy parecida se produjo nueve minutos después, pero en la portería contraria, donde una cesión de cabeza de Berrocal a punto estuvo de rematar Acorán para la Ponferradina.

Pero la ocasión más clara de toda la primera mitad, para el Mallorca, llegó en una jugada a balón parado con el saque de falta de Damiá que remató al larguero Costas de cabeza. El rechace lo recogió Acuña que remató sobre la defensa rozando el travesaño.

Nada más iniciarse la segunda mitad el conjunto mallorquín volvió a crear peligro con un balón rechazado que sorprendió a la retaguardia deportivista quedándose Acuña en un mano a mano ante Santamaría que tapó a tiempo para evitar el tanto.

La tónica del encuentro se mantuvo en los primeros minutos, aunque poco a poco los leoneses fueron entonándose con el aliento desde las gradas, pero sin crear ningún peligro sobre la puerta del alemán Wellenreuther.

Sin embargo, las galopadas de Lago Júnior creaban, una y otra vez el temor en la zaga local y solo la falta de habilidad a la hora del último pase impidieron que sacara provecho con dos ocasiones, casi consecutivas, donde el exjugador del Mirandés se fue de su defensor.

Otra escapada balear fue la que decantó el choque al derribar Santamaría a Brandon. La correspondiente pena máxima fue ejecutada por Pereira para poner el 0-1 en el marcador.

A partir de ahí, ya solo hubo el color bermellón y, si primero Santamaría salvó un mano a mano a Lago Júnior, en el lanzamiento de esquina, Ortuño, fiel a su cita goleadora en Ponferrada, sentenció de cabeza con habilidad con el 0-2, que incluso pudo ser más hiriente.