Serra abandona el consejo de administración del Real Mallorca. | Jaume Morey

TW
32

Hace dos meses anunció que se apartaba de la gestión. Que presentaría su dimisión como consejero y daría por finalizaba su etapa tras cuatro años al mando del Real Mallorca. Ayer, Llorenç Serra Ferrer remitió una carta a Gabriel Cerdà y al resto de consejeros solicitando oficialmente la celebración el próximo lunes-, a las 11.00 horas, de un consejo de administración para plantear la necesidad de aprobar una ampliación de capital en previsión de que el club no fuera viable en breve. Ahora, la pelota está en el tejado del presidente, que debe contestar a la petición de Serra y fijar la día y la hora para la celebración de dicha cumbre.

Es la segunda vez, la primera por escrito, que pone sobre la mesa esta posibilidad. En la primera ocasión, a finales del pasado mes de julio, el pobler ni se presentó a la cumbre y, por lo tanto, ni siquiera se trató la cuestión por la que él mismo había reunido al órgano de gobierno.

Ahora, tras dos meses en las cavernas, Serra resurge con fuerza en una maniobra que puede sonar como medida de presión para que Gabriel Cerdà acepte, de una vez por todas, el acuerdo y cierra su venta de las acciones a Dudú Aouate.

El máximo accionista planteará la necesidad de aprobar una ampliación con el objetivo de garantizar la viabilidad económica de la SAD balear a corto plazo.

Por cantidades, cada consejero deberá acometer o no la ampliación, en torno a los 4'2 millones de euros para llegar con ciertas garantías a final de temporada, en función a sus títulos. Así, Serra Ferrer, que posee casi el 50%, debería inyectar más de 2 millones de euros. Utz Claassen y Pedro Terrasa, 1'5 millones y Gabriel Cerdà, unos 250.000 euros.

En caso de que una mayoría de consejeros apoyara la iniciativa, sería necesario convocar una Junta de Accionistas. Cabe recordar que, en este caso, el pobler no tiene voz ni voto a causa de la sindicación que firmó el pasado verano con Biel Cerdà.

En su día Serra aceptó delegar su voto en el presidente, que es contrario a una ampliación de capital porque podría suponer un cambio accionarial que le dejaría sin ningún poder.

De hecho, a finales del pasado mes de julio, Cerdà fue tajante al apuntar que «no hace falta una ampliación de capital. Esperamos que el dinero del G34 llegue», apuntó el presidente en relación a una demanda interpuesta por el Mallorca contra este organismo en el que reclama cerca de 3'2 millones de euros.

En cualquier caso, Serra sale de la cueva para reunir al consejo. Con qué propósito es una de las incógnitas que deben despejarse.