Los jugadores del Real Mallorca Joao Víctor y Agus cabizbajos en el césped de Zorrilla. | Marcos Yllana

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Valladolid 2 - 1 Real Mallorca

Valladolid: Dani Hernández; Chica, Marc Valiente, Rueda, Peña; Sastre, André Leão, Jeffren (Mojica, min.71), Óscar (Rubio,min.70), Bergdich (Omar, min.60), y Roger.

Mallorca: Cabrero; Cendrós, Agus, Bigas (Truyols, min.43), Company; Vallejo (Martí, min.45), Bustos (Assulin, min.65), Joao, Pereira, Fofo y Marco Asensio.

Goles: 1-0, min. 23: Cendrós en propia puerta; 2-0, min. 52: Óscar; 2-1, min.64: Cendrós

Árbitro: Arias López (comité cántabro). Mostró tarjeta amarilla a los locales Rueda (min.29), Sastre (min.36) y Valiente (min.49) y a los visitantes Martí (min.50) y Joao (min.68).

Sin los moratones de hace un año, pero con la cuenta corriente al mismo nivel, el Mallorca ha vuelto a entrar a ciegas en el torneo más ingrato y enrevesado que conoce. Empantanado aún en la confusa construcción de la plantilla, el conjunto bermellón pagó en Valladolid la improvisación de las últimas semanas y almacenó en el cajón laprimera derrota de la campaña.

Lastrado por las acciones a balón parado, por alguna decisión controvertida del árbitro y fundamentalmente por su falta de respuesta más allá del centro delcampo, el cuadro de Karpin inició el campeonato desde el suelo. De todas formas, el equipo se fue de Zorrilla con mucho mejor aspecto que cuando salió en 2013 de la Nova Creu Alta y aunque su reacción final resultó insuficiente, parece que su margen de mejora también es bastante amplio (2-1).

REGRESO

Regresó el Mallorca a las catacumbas de la liga con la misma ropa que había lucido durante su presentación. O sea, a medio vestir. Sin apenas referencias de cintura para arriba y con el cemento de la defensa fresco, el cuadro de Karpin se ofreció a mandar en cuanto el árbitro levantó la barrera. Sorprendentemente, el balón empezó acircular bajo un manto rojinegro. Al menos hasta que el Valladolid despertó de la siesta y detectó la primera gran fuga en el caparazón balear.

A partir de ahí, se dedicó a casi en exclusividad a ensanchar el agujero y a dejar que los insulares, poco a poco, gota a gota, sedesangraran hasta el desmayo. El Mallorca, agradable en el toque pero muy alejado del carácter que le presuponía, aguantaba y buscaba su camino sin querer levantar demasiado la voz, pero antes del primer cuarto de hora ya recibió un aviso que le recordó a los temblores del curso pasado. Jeffren, seguramente uno de los tipos con mejoe etiqueta de la categoría, empezó a embaldosar el costado zurdo de la defensa rojilla y dirigió desde ahí la primer gran embestida.

Oscar, en los alrededores del punto de penalti, alargó el equilibrio con un remate defectuoso. Con el carril zurdo en obras y Jeffren enseñándole continuamente la matrícula a Company, el Mallorca sudaba para mantener en pie el andamio defensivo. Y aun así, se fue al suelo de forma muy desafortunada, casi trágica, ya que Cendrós, en una tentativa de despeje, acabó alojando el balón en las redes de Cabrero.

El gol aceleró el corte de digestión del Mallorca, que casi recibe otro bofetón al instante. A sus problemas en defensa, extendidos ya al centro del campo, se le unió además su chirriante falta de armamento. Con Fofo fuera de sitio y Marco y Pereira desorientados, el paisaje al descanso era desértico.

Solo faltaba la lesión de Bigas (tuvo que dejar el campo en camilla justo antes del intermedio y tras derribar a Roger en el área) para que se iniciara una procesión en la que desfilaban todos los fantasmas del curso pasado. En cualquier caso, tampoco el descanso trajo buenas noticias. Sobre todo porque en pleno proceso de reciclaje (Karpin dio entrada a Martí para sustituir a Vallejo), el Mallorca recibió otro directo en el mentón. Y otra vez a balón parado. Esta vez, eso sí, después de que Oscar se aprovechase de una posición ventajosa que no apreció el colegiado para empujar al fondo de la portería un rechace al palo a remate de Roger. A falta de casi un acto completo, los rojillos parecían fundidos.

La noche se le empezaba a caer encima al Mallorca cuando otro saque de esquina, esta vez de su parte, mostró una luz al fondo del pasillo. Y fue precisamente Cendrós, inédito como artillero en el primer equipo, el que ayudó a que el grupo asomara de nuevo la cabeza con un derechazo ajustado a la base derecha del palo de Dani Hernández. Había algo de vida. Un hilo de esperanza. Karpin re buscó en el bolsillo la última bala, avanzó unos metros a Pereira y recurrió a Gai Assulin para la estampida final, aunque al israelí le costó destacar entre la maleza.

El equipo se estiró y al hacerlo se descubrió los pies, pero también obtuvo algo de crédito en ataque. Pese los golpes que presentaba en el rostro, dio un paso al frente y trazó un camino ascendente. El Mallorca acabó de creerse que aún podía puntuar después de que Marco se desmelenara al divisar el área pucelana y apagara los focos de Zorrilla con un zurdazo de clase que acabó estampando el cuero contra el palo.

Apartir de ahí, fue el Valladolid el que se empeñó en cerrar el grifo para que nada cambiara y, sobre todo, para que los tres primeros puntos del campeonato fueran esparcidos por el césped de Zorrilla. Karpin tiene trabajo por delante. Muchísimo. Pero al final al cabo, esto solo acaba de empezar.