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El conflicto del Lluís Sitjar está ahora en el tejado del Real Mallorca. El Ajuntament y la Asociación de Copropietarios han alcanzado un acuerdo respecto al futuro del viejo Es Fortí y ahora solo resta conocer si la SAD Balear decide desistir del procedimiento judicial abierto y que dificulta y paraliza la posibilidad de derribar el campo que está situado en la Plaza de Barcelona, junto a la Falca Verda.

De esta forma la regiduria de Urbanismo y los copropietarios, que engloban al 68% de los títulos de propiedad del Lluís Sitjar, han acercado posiciones y acordado instar al Mallorca a que desista de la medida judicial cautelar que tiene paralizado el proceso de demolición del viejo campo «desde hace demasiado tiempo».

El ayuntamiento inició en su día un expediente de disciplina urbanística que declaraba la ruina del estadio, que el Real Mallorca paralizó hasta que se dicte sentencia con ocasión del juicio que tendrá lugar el próximo 11 de julio.

El concejal de Urbanismo y Vivienda, Jesús Valls, y el representante de los copropietarios, Joan Aguiló, comparecieron ayer conjuntamente en rueda de prensa para escenificar el pacto. En ese encuentro no estaba ningún representante del club.

Conflictos

Precisamente los conflictos permanentes en el consejo de administración, las dudas respecto a la propiedad y el futuro de los máximos accionistas, ha impedido consolidar un interlocutor válido para acercar posturas y tratar de cerrar los acuerdos establecidos. El pasado mes de febrero, tras no alcanzarse una solución a la situación del estadio, Cort realizó un nuevo informe técnico que mostraba el estado de ruina técnica del edificio y el deterioro progresivo del mismo.

A raíz de ello, el consistorio aprobó el expediente de ejecución subsidiaria por un importe de 1,2 millones de euros y se inició el proceso de notificación a los copropietarios. «A día de hoy ya hemos notificado a 150 y proseguimos la ejecución subsidiaria», declaró Valls.

El concejal ha subrayado que la paralización del proceso se debe únicamente a la voluntad del Mallorca y a que la ejecución subsidiaria es una decisión «meditada que atiende a la legalidad vigente, además de estar consensuada con todas las fuerzas políticas».

En este sentido, Cort pide a los responsables del club que «faciliten la demolición», recordando la «sintonía existente con el resto de copropietarios de cara a estudiar la posibilidad de la permuta de terrenos» por los de Son Moix.

Valls ha manifestado que «se trata de racionalidad urbanística; partimos de estudios y valoraciones técnicas y llegaremos a un planteamiento final sobre esta base; éste es el camino». El paso siguiente tendría que ser, en consecuencia, el estudio para llevar a cabo una permuta de los terrenos de Lluís Sitjar y Son Moix.

Buena voluntad

El regidor ha mostrado su satisfacción porque los copropietarios comparten esta voluntad de permuta. El intercambio sería sólo de terrenos, puesto que el estado ruinoso de Lluís Sitjar hace que sólo se pueda valorar el solar, según Valls.

Por su parte Aguiló defendió este preacuerdo porque beneficia a todas las partes, es decir, a Cort, al Mallorca y a los copropietarios. El club tendría la posibilidad de desprenderse de un campo que no utiliza y pasaría a ser propietario de Son Moix y a tener permiso incluso para poder utilizar una cantidad de metros cuadrados para poder instalar algún tipo de servicio que le permita adquirir nuevas vías de ingreso. Resta por conocer qué opinar el Mallorca al respecto.